Hace apenas unos días vivimos un momento histórico con el primera alunizaje suave en 37 años, del cual hemos podido disfrutar a través de las numerosas imágenes que la Chang´e 3 nos envió, tanto durante los minutos finales antes de tocar la superficie como en las horas posteriores, en que asistimos al despliegue del rover Yutu, sin duda la parte más interesante de esta misión y cuya imágen, con la bandera china impresa, es ya un símbolo de lo que algunos ven como el inicio de una nueva era, aunque como todo solo el tiempo dirá si fue realmente así.
Posteriormente pocas noticias llegaron sobre Yutu, aparte de que se había activado su radar con el que podrá examinar el subsuelo lunar, ya para protegerlo de las temperaturas extremas temperaturas del mediodía lunar, fue puesto en hibernación el día 16 de Diciembre (o lo que es lo mismo, una larga siesta) de la que no debía despertar hasta el 23, aunque finalmente este se adelantó al día 20. Como ya ocurrió en el propio alunizaje, que tuvo lugar una órbita antes de lo anunciado, los técnicos chinos decidieron avanza su propio calendario, y en ambos casos por razones aún no explicadas.
Una vez nuevamente activo, Yutu se desplazó alrededor de la Chang´e 3, hasta situarse en el lado opuesto por donde descendió a la superficie, un trayecto aproximado de 21 metros, durante el cual la propia sonda completó su primera panorámica donde podíamos observar el propio rover en pleno desplazamiento. "De momento hemos tomado 10 fotografías en 5 puntos, y todas ellas son mejores de lo que esperábamos. El rover se ha movido en un semicírculo alrededor del módulo de aterrizaje. Posteriormente empezaremos la exploraciones científica de la geografía y geomorfología del lugar de aterrizaje y áreas cercanas, y los materiales como los minerales y elementos allí presentes. También estudiaremos el subsuelo hasta profundidades de entre 30 y 100 metros La exploración continuará más tiempo que habíamos planeado, debido a que todos los instrumentos y equipos están trabajando muy bien", explicó Wu Weire, diseñador jefe del programa lunar chino.
Seguir los avances de esta misión no resulta sencillo, ya que la información no nos llega con tanta facilidad y en tanta cantidad como ocurre con las de la NASA o la ESA, ya que el muro que separa ambos mundos, oriente y occidente, es aquí también bastante claro. A pesar de ello, aunque sea poco a poco, vamos recibiendo más datos e imágenes de esta odisea lunar, del esperado retorno a la superficie de nuestro satélite.
Bitácora de Chang’e 3 I: despertando de la siesta
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