La primera misión lunar de China se encuentra ya completamente desplegada. Después de superar su gran prueba final, el alunizaje suave en algún punto de Sinus Iridum, Chang'e 3 afrontó el 2º gran reto de esta aventura, permitir a su pequeño pasajero descender hacia la superficie para inciar su propio viaje de exploración mediante el curioso sistema "ascensor" del que esta dotada. Todo ello bajo la atenta vigilancia de las numerosas cámaras con las que va dotada y que permitía a los técnicos en La Tierra controlar casi en directo las operaciones.
Estas empezaron a las 19:10 UTC, cuando Yutu desplegó sus paneles solares e inició su lento desplazamiento hacia la rampa de descenso. Una vez el rover se colocó sobre sus 2 carriles, esta primera, dirigida desde el centro de control, inició su descenso a las 20:06 UTC, dipositándose en la superficie con el ángulo adecuando para que el rover se desplazará esta poner sus ruedas en el oscuro regolito lunar. Este sistema tan controlado tenía como objetivo asegurararse que dicho ángulo no fuera mayor de lo previsto, ya que de lo contrario, si este superaba los 15º, Yutu no habría podido salir, poniendo un punto final prematura a su misión.
Poco después sus 6 ruedas dejaban su huella en La Luna, por lo que China alcanzaba un nuevo éxito, siendo así el tercer país en lograr poner un vehículo movil sobre la superficie de otro mundo. En apenas unas horas se habían alcanzado 2 hitos importantes para la historia de su naciente carrera espacial, alunizaje y rover.
Yutu afrontará ahora una misión independiente de la Chang'e 3, hasta el punto de contar, dentro del BACC (Beijing Aerospace Control Center) de Pekín, con una sala de control propia, con su propio equipo de técnicos y científico encargados de analizar los datos de Yutu así como planificar su ruta. Provisto de paneles solares, RHU (Radioisotope Heater Unit) de Plutonio-238 para mantener estable la temperatura de sus sistemas y evitar las drásticas oscilaciones térmicas, y de una serie de instrumentos científicos, como un APXS (Alpha-Proton X-ray Spectrometer) o un radar capaz de analizar el subsuelo hasta los 30-100 Metros de profundidas, el rover tiene por delante una vida prevista de 3 meses, aunque parte de este tiempo estará en estado latente para soportar la larga y gélida noche lunar.
A diferencia de los rovers marcianos, que deben desplazarse por si mismos y tomar sus propias decisiones cuando algo se interpone en la ruta préviamente marcada por sus técnicos en tierra, Yutu estará controlado directamente desde La Tierra, ya que el retraso en la señal de ida y vuelta es de poco más de 2 segundos. Aún así está provisto del software necesario para afrontar una navegación autónoma si es necesario.
Con Chang'e 3 (cuyo nombre viene de la diosa lunar Chang'e) y Yutu (Conejo de Jade, que la acompaña en su historia mitológica y que tiene su base en la forma de conejo que muchos veían en las manchas lunares) ya operando en la superficie de La Luna, China está realizando una demostración de su capacidad tecnológica más que notable, incluso impresionante si se tiene en cuenta de que era su primer intento de aterrizar en la superficie de otro mundo, por no hablar de desplegar un vehículo movil. La perfecta actuación de ambos vehículos no dejan lugar a dudas de la capacidad (y por el momento firme decisión de que así sea) de la potencia asiática de seguir progresando en su propio programa espacial siguiendo unos pasos claros y definidos. El futuro se presenta realmente interesante.
Una vez separados y ya como vehículos completamente independientes, Chang'e 3 y Yutu se fotografiaron mutuamente.
China’s Maiden Lunar Rover ‘Yutu’ Rolls 6 Wheels onto the Moon – Photo and Video Gallery
Yutu ya rueda por la Luna
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