El Hubble no encuentra rastro del desaparecido cometa.
A finales de Noviembre asistimos a su encuentro con el Sol, un momento largamente esperado desde su descubrimiento dada las grandes expectativas que había creado. Las semanas previas estas se habían enfriado ante una actividad irregular que estaba lejos de ser lo brillante que se hubiera querido, y sobretodo ante las señales de que el núcleo estaba agotando sus reservas, quizás incluso iniciando su fragmentación, pero a pesar de ello y que se esperaba lo peor, su Perhelio fue seguido por numerosos observatorios terrestres y orbitales.
Aunque durante unas horas parecía que ISON había dejado en evidencia a los astrónomos (como ocurrió con Lovejoy) reapareciendo de su encuentro solar, finalmente la vida de esta cometa llegó a su final, desvaneciéndose en la oscuridad. El núcleo se había fragmentado, y aunque un fragmento pareció haber sobrevivido al paso por la ardiente Corona Solar, finalmente también se fue difuminando rápidamente. Su actividad había cesado 2 horas después después del encuentro, por lo que habíamos sido testigos simplemente de su "canto del cisne", un última resplandor antes del fin.
De haber sobrevivido ISON habría llegado a su punto más cercano a La Tierra alrededor del 25 de Diciembre, mostrándose sino con la espectacularidad soñada en su momento si como un objeto celeste digno de observarse. Esto evidentemente ya no pasaría, pero existía la posibilidad que algún resto del cometa aún pudiera hacerse presente en su camino de regreso a las profundidades, lejos de ser visible a simple vista pero observable por telescopios como el Hubble. Y esto es precisamente lo que este último intentó recientemente.
Sin ningún éxito, como muestran estas imágenes, diversas exposiciones (2 por cada panel) que realizó el Hubble en las 2 probables ubicaciones donde se podía esperar encontrar a ISON, basándose en la posiciones previas registradas cuando este era aún visible. Trazas de satélites, estrellas y galaxias, así como cuantos rayos cósmicos impactando contra la lente del telescopio llenan las imágenes, pero no hay señal alguna del que hace unos meses fue la noticia astronómica del año. El Hubble es lo suficientemente sensible como para haber captado objetos de solo 160 Metros, pero si algo sobrevivió debe estar por debajo de estas cifras. El cometa debe haber quedado reducido a una nube dispersa de polvo y pequeños fragmentos, demasiado tenue para ser detectable.
Aunque la larga historia de ISON terminó definitivamente pocas horas después de su encuentro con el Sol, cuando lo poco que había sobrevivido se desvaneció en la oscuridad, quedaba una última página por escribir, el epílogo que abarcaba el momento en que su "fantasma" se aproximara a nuestro planeta, siguiendo la órbita prevista cuando aún existía como tal, antes de regresar al negro abismo del que llegó. Si lo hizo era demasiado tenue para verlo, un final adecuado para un cometa que, finalmente, nunca fue el "cometa del siglo" deseado. En realidad nunca tuvo la oportunidad de serlo. Toda una lección para el futuro.
Los últimos momentos de ISON, con su fantasma surgiendo de su encuentro solar para desvanecerse rápidamente en la oscuridad. Si algo sobrevivió, lo que es probable, fue demasiado tenue para poder ser detectado posteriormente.
El Hubble, el "médico forense" de los cometas.
Comet ISON Is Still Dead
No hay comentarios:
Publicar un comentario