La Luna sufre unos 8 impactos por hora.
Se les llama 'fenómenos lunares transitorios', destellos luminosos que aparecen fugazmente y siempre han sido fuente de no pocas ideas "curiosas", desde señales de actividad volcánica residual hasta presencias alienigenas. Su aparición repentina, y su desaparición igual de súbita, reportados por observadores de todo el mundo durante décadas, o incluso más atrás, generó a su alrededor un halo de misterio, aunque para los astrónomos la respuesta más probable era evidente: Impactos de meteoritos, que llegan a la superficie sin obstáculo alguno.
La pregunta clave, sin embargo, era sabes a que ritmo estos ocurren hoy día. Y es aquí donde entró en juego el conocido como NELIOTA (NEO Lunar Impacts and Optical TrAnsients), un programa de monitorizión de La Luna de la ESA, no el primero ni mucho menos, pero si el primero en usar un telescopio de 1,2 m, y como tal es capaz de detectar destellos dos magnitudes más débiles que otros programas de monitoreo lunar, que generalmente usan telescopios de 0,5 m o más pequeños.
Otra característica única es su capacidad para observar en dos "bandas fotométricas", que recientemente permitieron determinar la temperatura de los destellos lunares, que van desde los 1300 C a los 2800 Cº, lo que encaja con la idea de los impactos meteóricos a gran velocidad.
En Febrero de 2017 NELIOTA inició UNA prolongada campaña de seguimiento, que se extenderá hasta 2021. Teniendo en cuenta las estrictas condiciones de observación necesarias para poder captar estos destellos luminosos el total de horas acumuladas hasta ahora son solo 90, pero en ellas se captaron hasta 55 impactos, lo que ciertamente es una proporción espectacular. Se estima, a partir de estos datos, que de media deben producirse unos 8 impactos por hora, y eso contando que solo nos referimos a los que son lo suficientemente grandes para generar destellos visibles.
Un asombroso recordatorio de que, ese a todo el tiempo transcurrido, el Sistema Solar sigue lleno de los suficientes restos de su formación como para generar un nivel de impactos tan alto, al mismo tiempo que nos abre una ventana a lo que pudo ser el agitado pasado lejano, cuando estos ocurrían de forma incomparablemente más alta.
Destellos luminosos captados por NELIOTA desde Febrero de 2017 hasta Diciembre de 2018.
El observatorio Kryoneri, cerca de la ciudad griega del mismo nombre, desde donde se realizada el proyecto NELIOTA.
Learning from lunar lights
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