domingo, diciembre 23, 2018

El desafío del metano

ExoMars no encuentra rastro de ese gas en la atmósfera marciana.

El misterio se profundiza. Desde 2003, momento de su primera posible detección, a la que siguieron las confirmaciones de Mars Express y Curiosity, muchas son las teorías y discusiones que ha generado entre los científicos planetarios, y la llegada de la nueva sonda de la Agencia Espacial Europea, especialmente preparada para analizar la atmósfera del planeta rojo, se esperaba con grandes expectativas. Ciertamente las está cumpliendo, pero de una forma inesperada, ya que en lugar de desvelar el misterio lo acaba de agrandar aún más.

Y es que los primeros resultados presentados por el equipo de ExoMars, obtenidos por sus dos espectrómetros, NOMAD y ACS (Atmospheric Chemistry Suite), han dado una sorpresa inesperada. No han detectado ni rastro del metano, ni tan solo a proporciones muy inferiores a las que si detectó Curiosity recientemente. Y ese es el gran misterio ahora generado, ya que los datos de ambos vehículos parecen sólidos más allá de toda duda razonable. Como se encajan ambas visiones contradictorias? Ciertamente es todo un desafío.

El equipo de Curiosity tardó 6 meses en detectar picos de metano en la atmósfera marciana, y años en detectar un ciclo de fondo. Por tanto Chris Webster, científico planetario del Jet Propulsion Laboratory, cree que por ello es cuestión de tiempo encontrarlo."El metano no viene de arriba. Ese es un gran resultado". Webster y su equipo sospechan que viene en forma de "microfiltracions" de fuentes subterráneas (biológicas o geológicas) y no de fuera del planeta. Los resultados de la ExoMars podrían verse también como una validación de esa idea, ya que no encontraron rastro de este elemento cayendo a través de la atmósfera.

¿Podría ser el cráter Gale el único lugar donde se están produciendo estas posibles filtraciones? Es bastante improbable, pero incluso si existieran varios miles de dichas fuentes, todas ellas al nivel de las detectadas por Curiosity, el resultado medio global sería extremadamente bajo, quizás por debajo incluso de la capacidad de detección de ExoMars, al menos en sus primeras exploraciones. Al menos así lo cree John Moores, científico planetario de la York University. Si esta es la respuesta, quizás las futuras observaciones, más sistemáticas y profundas, podrían finalmente tocar las campanas de la victoria.

De momento lo único cierto es que el misterio del metano, lejos de aclararse, se profundiza, con diversas fuentes, todas igualmente creíbles, poro que dan resultados opuesto. Marte no nos quiere poner las cosas sencillas.

ExoMars y sus instrumentos. NOMAD y ACS son los responsables de analizar la composición de la atmósfera marciana y de los que se esperaba que midieran las concentraciones de metano en ella. Pero sus primeros resultados han sido un desconcertante vacío.

Las fuentes teorizadas como fuente de metano. Su ausencia en los primeros datos de ExoMars podría, en una interpretación optimista de los resultados, que este no llega desde el exterior del planeta.

Martian methane—spotted in 2004—has mysteriously vanished

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