K2-138, el primer sistema planetario descubierto con la colaboración ciudadana.
La ciencia que no sabe conectar con la gente de la calle, que es incapaz de comunicarse fuera de su burbuja y se encierra en si misma como si estuviera en la cima de una montaña, no solo falla en lo más importante, sino que corre el riesgo de convertirse en algo lejano para el común de los mortales. Y con ello deja el camino abierto a ideas poco o nada científicas que en cambio si saben buscar la complicidad de la gente. Por eso es importante saber implicarlos en ella. Algo que Carl Sagan defendió toda su vida.
Por eso, cuando salen noticias como esta, resulta imposible no pensar que pese a todo, aunque el mundo en ocasiones parece empeñarse en ir en dirección contraria, sigue habiendo gente que se esfuerza en cambiar las cosas, y como respuesta, aún mucha más siempre dispuesta a responder a la llamada si se le da la ocasión. Este es el caso del proyecto científico ciudadano Exoplanet Explorers, desarrollados por el astrónomo Ian Crossfield y la científica del Caltech, Jessie Christiansen. Su objetivo era pedir a gente de todo el mundo ayuda para ayudar a revisar un nuevo conjunto de datos enviados por Kepler y que no habían sido revisados por ningún astrónomo profesional. Nada extraño si se tiene en cuenta el gigantesco caudal de datos que este veterano telescopio espacial sigue enviando.
Y la gente respondió."Las personas en cualquier lugar pueden iniciar sesión y aprender cómo son las señales reales de los exoplanetas, y luego revisar los datos reales recopilados del telescopio Kepler para votar si clasifican o no una señal determinada como tránsito o simplemente ruido", explicó Christiansen."Tenemos cada señal de tránsito potencial vista por un mínimo de 10 personas, y cada una necesita un mínimo del 90 por ciento de los votos 'sí' para ser considerados para una mayor caracterización". En solo 3 días los voluntarios registraron varios centenares de candidatos a exoplaneta, desde mundo tamaño Júpiter hasta otros parecidos a la Tierra.
Con ellos se pudieron a trabajar Caltech, centrándose allí donde diversos candidatos formaban un sistema múltiple, ya que en estos casos es más difícil que sea falsas señales.Y así se llegó a una estrella con cuatro planetas en órbita. Tres de los cuales tenían el 100 por ciento de votos "sí" de más de 10 personas, y el restante tenía un 92 por ciento de votos "sí". Conocido como K2-138, Christiansen y sus colegas estudiaron el sistema y validaron estadísticamente el conjunto de señales planetarias como "extremadamente probables", descubriendo además que se encuentran en resonancia, en que cada una tarda el 50% más que el siguiente en completar una órbita alrededor de su Sol. Igualmente se descubrió un 5º así como indicios de un 6º, también en la misma resonancia.
Todo ello gracias a la ayuda inestimable de miles de usuarios de Exoplanet Explorar, unos 10.000, gente como tu y como yo, que a partir de ahora se sentirán parte de la exploración del espacio, no como simples espectadores, sino como parte activa. Al igual que los miles que participan en la misión Juno y su JunoCam. Son pequeñas gotas en el océano, pero que pueden marcar las diferencias de cara al futuro, uno donde las barreras entre unos y otros, entre los científicos profesionales y el gran público, se vayan superando. Carl Sagan se habría sentido muy feliz.
Concepto del sistema K2-138, que muestra las órbitas y los tamaños relativos de los cinco planetas conocidos. Los períodos orbitales se aproximan a una serie de resonancias 3: 2. Esto indica que probablemente se formaron mucho más lejos de la estrella, migraron hacia adentro lentamente.
Primer sistema planetario descubierto por colaboración ciudadana
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