Saturno es el rey indiscutible en este aspecto. Los suyos son los mayores, más amplios y más brillantes de todo el Sistema Solar. Pero si de algo no pueden presumir es de ser únicos. Júpiter, Urano y Neptuno disponen de tal "adorno" planeta, aunque ciertamente ni se aproximan a la magnificencia de los primeros. Y la cosa no termina ahí, ya que en 2014 otro más se sumó a este selecto club, echando por tierra la idea de que era un fenómeno exclusivo de los gigantes gaseosos.
Chariklo, con unos 200 Kilómetros de diámetro, pertenece a la familia de los Centauros, que se mueven entre las órbitas de Saturno y Urano, y en Junio de 2013 fue protagonista de una ocultación estelar. Se esperaba conocer detalles sobre su tamaño, posible atmósfera o satélites, pero no que este pequeño mundo contara nada más y nada menos que con su propio sistema de anillos, al menos dos de ellos. Invisibles desde la Tierra, pero cuya presencia era indiscutible, como revelaban las fluctuaciones de luz de la estrella, que presentaba dos claras y estrechas fluctuaciones a cada lado de este pequeño mundo. Que tiempos aquellos en que los asteroides eran vistos como simples y aburridas rocas espaciales.
Poco más podemos saber de ellos ahora mismo, pero las simulaciones informáticas, construidas a partir de la información disponible y de lo que sabemos de este tipo de estructuras, podría abrir una puerta para ello. Este era el objetivo de la doctora Shugo Michikoshi, de la Universidad de Tsukuba, y el profesor Eiichiro Kokubo, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ), que utilizaron el superordenador ATERUI para calcular el movimiento de unos 345 millones de partículas de los anillos de Charliko, estimando que su tamaño no deben superar unos pocos metros (que está dentro del rango de todos los otros sistemas de anillos conocido), y aplicando en ellas todas las fuerzas existentes que podrían estar actuando en ellos hasta lograr generar una doble estructura como la que sabemos que dispone.
El resultado final desvela algunos posibles aspectos hasta hora desconocidos, como que la densidad de las partículas de los anillos deben ser menor que la mitad de la densidad del propio Chariklo, y que posiblemente muestra un patrón de rayas en el más interno, debido a las interacciones entre las partículas, lo que debería estar acelerando su desintegración. El equipo estimó su "esperanza de vida" esperada de anillos, estimándola entre 1 a 100 años, mucho menos que las que se manejaban anteriormente. Tanto que sorprende que todavía existan si estos son correctos, lo que indica que quizás alguno de los parámetros debería ser revisado, o por el contrario, existe un elemento extra que los estabiliza, como una pequeña luna aún no descubierta.
"Partículas de menor tamaño es una posibilidad. Si son solo de unos pocos milímetros, los anillos se pueden mantener durante 10 millones de años. Otra posibilidad es la existencia de un satélite pastor no descubierto que retrasa su disolución", explica el profesor Kokubo. La doctora Michikoshi añade: "La interacción entre los anillos y un satélite es también un proceso importante en los anillos de Saturno. Para entender mejor el efecto de un satélite en la estructura del anillo, planeamos construir un nuevo modelo para la formación de los anillos de Chariklo".
Aunque posiblemente no visitaremos este remoto mundo hasta un futuro remoto, si es que se visita alguna vez, nuestra creciente capacidad de crear simulaciones creíbles a partir de unos pocos datos disponibles nos ayuda a soñar como sería visitar Chariklo y visitar sus extraños anillos. Porque no solo de Saturno y su magnífica corona se vive.
Poco sabemos de ellos, pero entre los datos que conocidos y lo descubierto en otras estructuras similares, como las de Urano o Júpiter, podemos aspirar a una simulación que podría estar cerca de la realidad.
Chariklo es un mundo muy pequeño, mucho más que la Luna o Plutón.
First Global Simulation Yields New Insights into Ring System
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