Marte se encuentra hoy en momento de mínima distancia con la Tierra, apenas 62 millones de kilómetros de distancia, la menor hasta 2035. Como resultado el planeta rojo brilla espectacular en el cielo nocturno, y es el objetivo visual de primer orden no solo para astrónomos, sino también para aficionados a la observación y fotografía del Firmamento, que tiene ahora un espectáculo digno de ser inmortalizado. Pero no son solo ojos los que se fijan hoy en esa estrella de tonos rojizos.
Scott Tilley es un radioaficionado que centra su atención en el cielo, intentando captar las señales de todo tipo de satélites. Sin embargo, con Marte tan cerca de la Tierra, intentó y logró captar ya no la señal de radio de un satélite terrestre, sino de uno marciano. O más exactamente el de una sonda en órbita alrededor de ese planeta, la Mars Reconnaissance Orbiter, y que ahora se encuentra tan cerca que incluso alguien como Scott, con unos medios modestos en comparación a los "oficiales", ha podido escuchar sus emisiones de radio. Las que emite en la llamada banda X, que no lleva ni datos ni telemetría, y que se utiliza para permitir su seguimiento mediante el efecto Doppler.
"El cambio rápido en el tono de la señal es causado por el movimiento relativo de la sonda y el observador. Usando el efecto Doppler, pude calcular el período y el eje semi-mayor de la órbita de la MRO. Estaba a unos 274 km sobre Marte en el momento de mi observación", explica Scott.
Que haya la capacidad de escuchar una sonda en otra planeta por parte no ya de un organismo oficial, sino por parte de un particular armado con sus propias herramientas, es una gran noticia, ya que nos permite comprobar por nosotros mismos la realidad de tales misiones. Una forma de democratizar el espacio y hacerlo algo más cercano al común de los mortales.
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