La historia de la exploración del planeta rojo está lleno de éxitos y fracasos, pero también de episodios donde la balanza estuvo fluctuando de un lado a otro y cuyo destino lo marcó la capacidad de su equipo de tierra para superar obstáculos. Algo que saben muy bien los que trabajan en la misión InSight, que aterrizó en Marte en 2018, y que desde entonces afronta una batalla interminable para salvar el instrumento llamado oficialmente HP3, también conocido como "el topo" por su objetivo de adentrarse dentro del suelo marciano y así registrar el flujo de calor interno del planeta.
Esa era su meta, pero desde el inicio todo se torció. El topo fue diseñado para que la tierra suelta fluyera a su alrededor, proporcionando fricción para logar empuje y excavar más profundo. Sin ella simplemente rebotaría mientras golpea el suelo. Pero el suelo donde aterrizó InSight era de una textura diferente al que encontraron las misiones anteriores. Por esa causa durante el martilleo, el material se compactó en lugar de desprenderse y cubrir el agujero creado y dotarlo de dicha fricción vital.
Como resultado no solo pudo alcanzar la profundidad requerida (3 metros), sino que literalmente fue casi expulsado por completo hacia la superficie, lo que lo puso al borde de la pérdida total. Afortunadamente no del todo, lo que dejó un margen para la esperanza al que se aferraron su equipo técnico. Ahora, meses después, su lucha parece estar a punto de alcanzar un feliz desenlace, o al menos eso es lo que transmiten las imágenes que nos llegan y las declaraciones de sus responsables. El topo finalmente está bajo tierra.
"Estoy muy contento de que pudimos recuperarnos del inesperado evento de 'salida' que experimentamos y hacer que el topo esté mas más profundo que nunca", explica Troy Hudson, científico e ingeniero del JPL."Pero no hemos terminado del todo. Queremos asegurarnos de que haya suficiente tierra en la parte superior para que pueda excavar por sí solo sin la ayuda del brazo". Las cosas nunca son sencillas, y para la InSight parece que lo fueron aún menos, al menos en lo que se refiere a este instrumento en concreto, pero clave para su misión. Una gran noticia que las cosas, poco a poco, vayan recuperando el buen camino.
Esta secuencia del 19 de agosto de 2019 muestra una réplica de InSight raspando el suelo con la pala situada en el extremo del brazo robótico en un laboratorio de pruebas en el JPL. Una réplica del "topo" aparece a la vista cuando la pala se mueve hacia la izquierda. Con estas réplicas los ingenieros pudieron diseñare una estrategia para superar el punto muerto donde se encontraban.
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