BepiColombo completa su primer sobrevuelo del planeta.
Tal y como estaba previsto, y cumpliendo su plan de vuelo a la perfección, la misión europea-japonesa a Mercurio completó el primero de los dos sobrevuelos del gemelo terrestre, pasando a poco más de 10.000 kilómetros de distancia y recolectando todo tipo de datos científicos al activarse siete de los once instrumentos científicos con los que la sonda (o las dos sondas, siendo más precisos) está dotada. Dentro de un año se encontraran de nuevo, esta vez a solo 500 kilómetros de distancia, por lo que se podrán obtener entonces observaciones más amplias y profundas.
Evidentemente todo este encuentro estaba marcado por el polémico descubrimiento de fosfina en la atmósfera venusiana y su potencial origen biológico, y deberemos esperar a que se analicen todos los datos reunidos para tener alguna posible conclusión, aunque estamos hablando de mediciones tan al límite de la capacidad de la BepiColombo que es posible que en esta ocasión no de hubiera detectado nada, y debamos esperar al encuentro de 2021. Tendremos que esperar noticias.
Fuera de esta problemática, destacó también la oportunidad de combinar estas observaciones con los de la sonda japonesa Akatsuki, actualmente en órbita venusiana, en un momento en que esta última estaba, a causa de su órbita elíptica, a unas 30 veces más lejos de Venus que BepiColombo en el momento de mínima distancia al planeta, por lo que se tuvo la ocasión de observar las mismas cosas desde dos puntos de vista diferente. Una oportunidad de oro que las gentes de la JAXA (Agencia Espacial Japonesa) sacaron partido, añadiendo a estos dos visiones la del observatorio orbital Hisaki y numerosos observatorios en tierra.
De esta forma se cumple una nueva etapa en el largo camino de la BepiColombo hacia Mercurio, un viaje a las profundidades del pozo gravitatorio solar que no es sencillo si uno quiere algo más que un paso fugaz sobre el objetivo. Justo al contrario, esta misión aspira a dejar en órbita alrededor de este planeta a dos sondas, una europea y otra japonesa. Y para ello es necesario unos parámetros de velocidad y trayectoria que solo se pueden conseguir con estos encuentros.
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