Cuando la New Horizons sobrevoló este pequeño mundo encontró mucho más de lo que nadie podía imaginar. Lejos de ser una bola helada y aburrida, se delató como un lugar complejo a niveles que creíamos imposible en cuerpos tan pequeños. Muchos eran los detalles fascinantes que los astrónomos encontraron en Plutón, y entre ellos estaban las cadenas montañosas ahora llamadas Pigafetta y Elcano, situadas en la zona ecuatorial, que destacaban de forma espectacular por sus cimas nevadas, que las dotaban de un aspecto que nos resultaba familiar en extremo. Ver algo tan propio de la Tierra fue sin lugar a dudas un descubrimiento impactante.
Sin embargo este parecido ocultaba que estábamos ante un mundo muy diferente a la Tierra, con su propia composición (hielos tan duros como la roca terrestre) propios mecanismos y ciclos climáticos. Por lo tanto, pese a la semejanza externa, debían ser diferentes en su naturaleza real, y aunque se tenía una idea de lo que podría ser, algún tipo de nieve de metano quizás mezclada con nitrógeno, lo cierto es que no estaba claro, al igual que el mecanismo detrás de su formación.
Nuevos estudios a partir de los datos de la New Horizons, combinado con diversos modelos informáticos, parecen haber dado con la respuesta. Sería, efectivamente, metano helado, aunque en concentraciones casi puras, con el nitrógeno reducido a unas pequeñas trazas. Pero más interesante es el mecanismo que está detrás de esta "nieve", un proceso de circulación atmosférica que es justo lo opuesto a la terrestre.
En la Tierra, estas nevadas se forman cuando los vientos húmedos suben ladera arriba y se enfrían, ya que las temperaturas bajan al aumentar la altitud. La humedad ascendente se condensa a medida que se enfría, formando nieve en las cimas de las montañas. En Plutón ocurre justo lo contrario, en un proceso único en el Sistema Solar.
Las nuevas simulaciones revelaron que la circulación atmosférica concentra gas metano a unos pocos kilómetros por encima las llanuras del planeta. Esto, a su vez, provoca que se condense en forma de escarcha en las cimas de las montañas. La delgada atmósfera de Plutón se calienta con el Sol y en realidad es más cálida a medida que aumenta la altitud, mientras que la temperatura de su superficie permanece uniformemente fría, justo al contrario que en la Tierra. "La atmósfera de Plutón tiene más metano gaseoso en sus altitudes más cálidas y más altas, lo que permite que ese gas se sature y se congele directamente en los picos de las montañas lo suficientemente altos como para alcanzar la zona enriquecidas. "En altitudes más bajas, la concentración es menor y no se puede condensar", explica Tanguy Bertrand, científico planetario de la NASA y responsable de este nuevo estudio.
"Este descubrimiento nos enseña que todavía hay muchos procesos físicos y dinámicos en el espacio que no conocemos, y que los climas pueden ser muy diferentes a los de la Tierra, a pesar de formar paisajes similares. Es importante estudiar Plutón y otros cuerpos planetarios porque son laboratorios naturales para explorar e investigar la diversidad de climas posibles, lo que nos da más perspectiva sobre el nuestro. Además, este trabajo también nos enseña qué es común y qué es único para los climas planetarios, y ayuda a comprender dónde encaja el clima de Plutón, un planeta enano, con los otros que conocemos en el Sistema Solar: la Tierra, Marte Venus, Titán, Tritón...".
Tan pequeño, tan extraño, tan parecido, tan diferente, tan familiar, tan misterioso...así es Plutón.
El mecanismo que está detrás de las montañas nevadas de Plutón, parecidas a la de la Tierra pero que se forman de forma opuesta.
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