Cuando las sondas Vikings se posaron sobre la superficie marciana y nos ofrecieron por primera vez la posibilidad de observar el planeta rojo desde esa prespectiva inédita algo sorprendió a todos los que participaban en la misión...el color del cielo que dió la bienvenida a la primera incursión que la Humanidad realizaba en Marte. Y es que inicialmente se esperaba que fuera azul, parecido al de La Tierra, aunque de tonos más oscuros dada la poca densidad de la atmósfera marciana, hasta el punto que en los dibujos artísticos que se hicieron imaginado lo que podríamos ver y realizados antes de su llegada era precisamente ese el color con el que se le representaba.
Nada más lejos de lo se encontró en realidad. Como se descubrió posteriormente existen tantas partículas de polvo rojizo en suspensión que tiñen permanentemente el firmamento diurno marciano de ese mismo color...aunque en ocasiones puntuales esta "tiranía roja" se rompe, no porque el polvo desaparezca, sino justo lo contrario, su acumulación crea, por efecto de la dispersión de la luz, un halo azulado alrededor del Sol cuando este se esconde tras el horizonte o llega el amanecer.
El video superior, formado a partir de imágenes enviadas por Opportunity, nos permite disfrutar de este fenómeno, en forma de un hermoso atardecer en Meridiani Planum, y si bien no es completamente real, pues concentra unos 17 minutos en apenas 30 segundos y combina distinta fotografías tomadas los días 4 y 5 de Noviembre de 2010, no por ello resulta menos espectacular y poético. Y no es el único, pués poco después, el 9 de Noviembre de ese mismo año, nos ofreció otro espectáculo único, el de Fobos eclipsando parcialmente un Sol (por su tamaño aparente no puede cubrirlo totalmente, como si hace nuestra Luna) igualmente azulado.
En épocas pasadas, cuando la atmósfera era más densa y el planeta era más cálido y húmedo, pudieron ser no muy distintos a los que tenemos en La Tierra. Hoy día solo los registros geológicos y las huellas químicas conservan el recuerdo de lo que quizás fue y ya no es...aunque en ocasiones Marte sueña con tener un azul atardecer.
Las ilustraciones de antes de las misiones Vikings, donde se soñaba con misiones tripuladas a Marte, suelen mostrar un cielo azul oscuro, parecido al de La Tierra aunque adaptado a la menor densidad de la atmósfera terrestre. Se desconocia que, a pesar de ello, había tantas partículas de polvo en suspensión que daban al cielo marciano un tono rojizo.
Las Viking lograron los primeros aterrizajes completamente exitosos de la historia y nos permitieron observar su cielo rojizo por primera vez.
Rover Captures Sunset, Eclipse on Mars
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