La más veterana misión interplanetaria de la Agencia Espacial Europea está de aniversario, una década de actividad que acumula una extensa lista de éxitos. Y que mejor forma para celebrar tan magno acontecimiento que con la publicación de una nuevo y espléndido mosaico del casquete polar septentrional, formada por 57 imágenes independientes obtenidas con la Cámara Estéreo de Alta Resolución desde distancias de apenas 300 Kilómetros de altura.
Observable desde La Tierra incluso con telescopios modestos y conocido desde los primeros tiempos de la astronomía moderna, su blanca apariencia, que recordaba invariablemente a los casquetes polares terrestres, sin duda fueron uno de los elementos, junto con su equivalente del Hemisferio Sur, que primero llamaron la atención del público y que alimentó la idea de un Marte semejante a La Tierra, y como ella habitable y habitado. Una visión más cercana, como la que nos ofrece aquí la Mars Express, permite ver su extraña y compleja estructura, moldeada por el ambiente marciano a lo largo de las eras.
El casquete de hielo que vemos aquí tiene unos 1.000 kilómetros de diámetro, compuesto de agua congelada que se extienden hasta una profundidad de unos 2 Kilómetros, y estructurada en capas son el resultado de la fusión estacional y posterior acumulación de hielo mezclado con polvo. La forma espiral se cree que es fruto del régimen de vientos dominantes, mientras que por encima del hielo de agua se forma, durante el Invierno, una capa relativamente fina de Hielo Carbónico que al llegar el Verano se sublima en buena parte, causando con ello un aumento general de la presión atmosférica en todo el planeta, como han registrado vehículos como Curiosity.
Esta hermosa espiral de hielo se ve "rota" por la presencia de un gigantesco cañón de 318 Kilómetros de longitud y 2 Km de profundidad, conocida como Chasma Boreale, cuyo fondo está cubierto por oscuras dunas de arena sobre las cuales se deposita una capa de escarcha. Fractura de la superficie presente desde antes de la formación del casquete polar actual, Chasma está actualmente haciéndose más y más profundo a medida que los nuevos depósitos de hielo se acumulan a su alrededor, lo que convierte este valle polar en algo único, sin duda un lugar que en un futuro lejano se merecería recibir la visita de exploradores, tanto robóticos como humanos, para observar así sus paredes, auténticos registros de la evolución climática del planeta.
Parecido al terrestre en su composición, pero muy diferente en su estructura, la espiral de hielo que corona al hemisferio norte de Marte representa una de las facetas del planeta rojo más extraordinarias, tanto por su complejidad como por la historia que está escrita en cada una de sus capas. Que mejor manera de celebrar los 10 años de la Mars Express que visitando un lugar casi tan fascinante como la propia aventura de esta pequeña sonda.
La Mars Reconnaissance Orbiter también fijo en más de una ocasión su aguda mirada en la blanca espiral de Polo Norte. Podemos ver Chasma Boreale en su conjunto así como la estructura global de estas altas latitudes, donde los ciclos estacionales y climáticos han ido esculpiendo estas formas únicas.
Una magna celebración
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