"Es como decir adiós a un amigo". Una frase dicha por Micha Schmidt, encargado de operaciones de esta ambiciosa misión de la Agencia Espacial Europea y que sin duda compartieron todos los implicados en ella cuando a las 12:25 GMT, y mediante la antena del espacio profundo de New Norcia, Australia, se le enviaba el último comando, con el cual se ponía punto final a las comuniaciones con La Tierra. Había llegado la hora de despedirnos de este telescopio espacial, que con su lente primaria de 3.5 metros (50% mayor que la del Hubble) y su capacidad de observar el cosmos en infrarrojo lejano y longitudes de onda submilimétricas tantos descubrimientos ofreció y seguirá ofreciendo a medida que todos los ingentos datos enviados vayan siendo analizados en profundidad.
Con su destino marcado desde el agotamiento, el pasado 29 de Abril de 2013, del Helio líquido indispensable para mantener los sensibles instrumentos lo suficientemente fríos, el principio del fin empezó el pasado 13-14 de Mayo, cuando un encendido de sus impulsores de 7 horas y 45 minutos de duración lo envió a una órbita heliocéntrica. Un segundo encendido, ocurrido justo antes del envio de la orden final, se aseguró que que todas las reservas de combustible se agotara por completo, lo que significaba que sus sistemas pronto se quedarían sin energía, al no poder el telescopio orientar adecuadamente sus paneles solares. "Es una situación muy curiosa, donde estamos viendo morir a una nave espacio de forma intencionada" reconocia Schmidt.
Y entonces se hizo el silencio.
Durante sus 6 últimas semanas Herchel, cuyos sistemas seguían en perfecto estado, ofreció una oportunidad única, como explica Schmidt: "Normalmente, nuestra meta principal es maximizar el retorno científico y nunca hacer nada que pueda interrumpir las observaciones o poner el vehículo en riesgo. Pero el fin de la actividad científica significaba que teníamos una sofisticada nave espacial a nuestra disposición en la que podríamos realizar pruebas y validar técnicas, software y la funcionalidad de los sistemas que se van a volver a utilizar en las futuras naves espaciales. Esto era una ventaja importante para nosotros".
Por ejemplo, el equipo encargado de la futura misión ExoMars pidió realizar algunas validaciones con la Herschel’s Visual Monitoring Camera, un modelo similar a la que llevará esta primera, mientras que el equipo de la futura misión Euclides se interesó por las ruedas de reacción del telescopio. Igualmente se activaron los sistemas redundantes para comprobar su estado después de 4 años en el espacio, se hicieron ámplias comprobaciones del equipo y se sometió al vehículo a situaciones límite, como colocarlo en una orientación incorrecta con respecto al Sol para observar su capacidad de corregir el error, todo ello con el objetivo de reunir información técnica crítica que será utilizada en futuras misiones de la ESA.
Su legado, en este aspecto, vivirá en el interior de aquellas exploradoras que aún están por llegar, sin duda la mejor forma de despedirse de todos nosotros.
Herschel, con su gran espejo principal de 3.5 Metros, durante su ensamblaje final antes de lanzamiento.
Herschel ends operations as orbiting testbed
Final Command Shuts Down Herschel Telescope
Europe Says Farewell to Prolific Herschel Space Telescope
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