El esperado "gran cometa" Atlas se desintegra.
Una de las leyes básicas de la astronomía es que, al hacer estimaciones de futuro, nunca debes fiarte de ellos. Su misma naturaleza los hace imprevisibles, capaces de decepcionarnos y asombrarnos a partes iguales, sin seguir en ocasiones el "plan previsto". Puedes anunciar en grandes titulares que una de estos visitantes será un espectáculo en los cielos terrestres, ya que su aumento de brillo hace presagiar lo mejor para los amantes del firmamento, y después afrontar la mayor de las decepciones.
Este es el caso del conocido como cometa Atlas (C/2019 Y4), descubierto a finales de 2019 por el Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS) y que prometía, observando como su brillo estaba aumento de forma espectacular, lo que levantó las expectativas de la comunidad astronómica, tanto profesional como amateur. En Mayo podrían tener ante nuestros ojos uno de esos cometas históricos, el siguiente "gran cometa" que resplandeciera de forma espectacular en los cielos de la Tierra.
Sin embargo algo paso el 17 de Marzo, cuando ese creciente resplandor se frenó repentinamente. El misterio que se resolvió este pasado 12 de Abril, con nuevas observaciones revelaron lo que quizás algunos ya sospechaban, y es que Atlas se estaba fragmentado. Un proceso relativamente habitual en estos cuerpos celestes diminutos y formado por una amalgama de polvo y hielos, que deben afrontar, si pasan cerca del Sol, una tensión inmensa, algo que algunos aguantan y otros, quizás ya tocados por muchos pases anteriores, no. Como curiosidad algunos creen que Atlas era un fragmento del conocido como gran cometa de 1843, que a su vez nació de la fragmentación de un cometa progenitor aún mayor, el gran cometa de 1106. Si es así, su inevitable y funesto destino se cumplió.
Con esto se cierra la puerta a la aparición de un espectacular cometa en nuestros cielos, al menos a corto plazo. Los pedazos de Atlas seguirán moviéndose siguiendo la órbita del cuerpo original, y se mantiene estables y no se desintegran por completo, tendríamos tres en lugar de uno solo, aunque en ningún caso podrían competir con lo que podría haber sido de no haberse roto por completo. Seguimos esperando el "gran cometa" que un día nos haga maravillarnos de nuevo. Y cuando aparezca un nuevo candidato lo miraremos siempre un una mezcla de esperanza y desconfianza.
El cometa Atlas fotografiado por varios astrónomos aficionados a principios de Abril, cuando ya se había notado que su brillo se había difuminado, pero aún no que estábamos asistiendo al principio del fin.
El gran cometa de 1843. La órbita de Atlas sugiere que nació de su fragmentación, por lo que, de ser cierto, sería como si estuviera continuando un proceso que empezó hace más de 150 años.
Comet Atlas is falling apart, new photos confirm
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