Dentro de cuatro meses, si no cambian los planes de su equipo en tierra, afrontará el momento más crítico de su larga misión al asteroide Bennu, cuando llegue tan cerca que su brazo de toma de muestras toque literalmente la superficie, en un intenso y fugaz encuentro, todo ello sin intervención humana. Será la propia sonda, de forma autónoma, la que deberá abrirse camino entre un terreno extremadamente accidentado, tomando las decisiones necesarias para esquivar los amenazas y lograr su objetivo final. Nada sencillo, ya que Bennu resultó un lugar más inaccesible de lo que nadie imaginaba.
Actualmente, aunque con las limitaciones que implica un equipo humáno mínimo, se está trabajando intensamente para preparar ese momento, y el pasado 14 de Abril asistamos al primer ensayo general de lo que será tal evento. Ese día la OSIRIS-REx inició el camino hacia la superficie, tal como si fuera a afrontar ya su meta, aunque "solo" se hicieron dos de las cuatro maniobras previstas, que llevaron a la sonda a solo 75 metros por encima del asteroide antes de ascender de nuevo a una distancia segura.
La sonda se comportó de forma perfecta, y a las maniobras de aproximación se sumó el despliegue del brazo robótico, cuyas cámaras y sensores aprovecharon para tomar datos de la zona elegida. En Junio llevará a cabo el segundo simulacro, que servirá para constatar, de forma definitiva, que, el sistema de navegación autónoma está lista y preparada para su gran día, el 25 de Agosto, cuando todo por lo que se ha construido y lanzado esta misión afrontará su todo o nada.
Así fue el primer simulacro de cara a la toma de muestras.
Rehearsal Time for NASA’s Asteroid Sampling Spacecraft
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