El Sistema Solar ocupa un espacio de proporciones colosales, al menos desde el punto de vista de una civilización como la nuestra, que apenas está adentrándose en el y cuya tecnología no le permite, hoy día y seguramente hasta un futuro a muy largo plazo, soñar con ir más allá. Una sonda interplanetaria puede tardar años en alcanzar su objetivo, a pesar de moverse a velocidades que a escala terrestre parecen extremadamente rápidas, e incluso un mundo que podemos considera "al lado de casa", como es el caso de Marte, está a meses de distancia.
Y es que el Sistema Solar es inmenso, pero también extremadamente vacío. Si dispusiéramos de la capacidad de lanzar objetos a velocidades lumínicas desde La Tierra y lo hiciéramos de forma aleatoria en todas direcciones, la posibilidad que pasara ni tan solo cerca de alguno de sus planetas sería mínima, casi nula. Aunque en imágenes y en todo tipo de representaciones planetarias Júpiter y Saturno puedan parecer gigantescos, en realidad, en relación al espacio total dominado por el Sol, incluso ellos representan poco menos que un punto en un abismo de oscuridad. Por no hablar del resto de la familia. Viajar entre mundos es como cruzar un océano inconmensurable para alcanzar una diminuta isla situada en algún lugar más allá del horizonte.
Y para comprender mejor este concepto de los planetas como poco menos que puntos comparados con la inmensidad que ocupan nada mejor que agruparlos y observar, como muestra esta representación artística, que todos ellos, tocándose unos con otros, cabrían en el espacio que existe (hablando siempre de distancia media, 384.400 Kilómetros) que existe entre La Tierra y La Luna, e incluso sobraría espacio, para los más nostálgicos, de incluir al pequeño Plutón. Así es nuestro reino planetario, y por extensión la de cualquier otra estrella, un vacío con unos pocos y diminutos puntos de luz. Algo que debemos tener muy en cuanta a la hora de valorar en su justa medida lo que representa que seamos capaces de llegar hasta ellos.
El Sol (de aproximadamente 1.300.000 Kilómetros de diámetro) y sus compañeros planetarios. Entre la órbita de Mercurio y la de Neptuno se abre un abismo de más de 4.500 Millones de Kilómetros, que es aún mayor si nos movemos más allá, hasta la de algunos de los planetas enanos recientemente descubiertos.
Las representaciones del Sistema Solar suelen trasmitir la sensación de falta de espacio, como si entre los planetas fuera realmente dificil moverse sin toparse con ellos. No poca gente lo cree realmente.
Una representación mucho más cercana a la realidad. Pero incluso aquí, por razones prácticas, los planetas se siguen viendo mucho mayores de lo que se verían en realidad.
You Could Fit All the Planets Between the Earth and the Moon
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