MAVEN realiza su primera operación como enlace de comunicaciones entre Curiosity y La Tierra.
Todos los vehículos enviados a la superficie de Marte, con la excepción del pequeño rover Soujurne, que dependía para ello del módulo de aterrizaje Pathfinder, tiene la capacidad de transmitir datos directamente hacia nuestro planeta si es necesario, pero resulta un sistema limitado en su capacidad, más un recurso de emergencia que una actividad habitual. Normalmente es a través de las diversas sondas en órbita, que actuan como relés de comunicaciones, como Curiosity y Opportunity, como antes los ya desaparecidos Spirit y Phoenix, nos envían toda la información que han reunido en sus actividades diarias, así como reciben nuevos comandos y actualizaciones de su software. Es un sistema de apoyo mutuo solo posible en el planeta rojo gracias a la conjunción de tantas sondas al mismo tiempo.
Una apuesta que sigue dando grandes resultados gracias a que todas ellas, incluida la europea Mars Express, así como la futura ExoMars, llevan incorporado el sistema de radio Electra UHF, que permite que cualquiera de ellas se comunique con los rovers de superficie y se conviertan en el puente entre estos y La Tierra. La recién llegada MAVEN no es una excepción y el pasado 6 de Noviembre afrontó su primer intento de enlace, en este caso con Curiosity, que finalizó con un completo éxito: 550 megabits de información llegados del rover fueron transmitidos a MAVEN, que a su vez los envió hacia nuestro planeta, siendo captada por la Red de Espacio Profundo de la NASA.
La órbita de Maven es más alargada que las de sus compañeras. Durante la sesión de prueba de este pasado 6 de Noviembre, la distancia a MAVEN con Curiosity varió desde los 1.110 a los 3.700 Kilómetros más lejos de lo que es típico en las sesiones de comunicación, pero su Electra presenta varias mejoras, incluida la capacidad la cambiar de forma automática la velocidad de transmisión según los cambios en la intensidad de la señal y la distancia entre ambos vehiculos.
Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter (y en ocasiones también Mars Express) actuan como relés de comunicaciones, pero siendo ya sondas bastante veteranas, especialmente la primera, la llegada de MAVEN, con la capacidad de ofrecer también este servicio y con una esperanza de vida de al menos 10 años, representa un notable alivio para las misiones en superficie, tanto actuales como las que llegarán en un futuro a corto y medio plazo, que ven así que seguirán disponiendo de este notable apoyo a la hora de ponerse en contacto con La Tierra. En los cielos marcianos seguirá habiendo alguien con quién hablar.
Entre los datos transmitidos por MAVEN durante su primera sesión de comunicaciones con Curiosity encontramos esta imágen, tomada el 23 de Octubre por su cámara de navegación.
La gran flota actualmente en órbita marciana permite ofrecer un servicio de cobertura impensable en ningún otro lugar excepto la propia Tierra. La sonda europea ExoMars (también con un Electra) debería unirse a ellas en 2016, así como una más que probable sonda china.
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