Dawn sigue su campaña de estudio de este planeta enano, que ahora, habiendo alcanzado ya su órbita defintiva, esperamos que sea fructífera, aunque como todo lo relacionado con la exploración espacial debemos tener paciencia hasta que los resultados vaya haciéndose públicos. Pero que tengamos una sonda allí no significa que desde los observatorios terrestres no se siga estudiándolo como hasta ahora. Todo lo contrario, la posibilidad de contrastar dos puntos de vista tan diferentes, y utilizar una para guiar, confirmar o desmentir a la otra, es una posibilidad que los astrónomos no quieren desaprovechar.
Y es de los observatorios terrestres,más concretamente del yelescopio de 3,6 metros de la ESO en La Silla, Chile, donde nos llegan las últimas noticias. Y más concretamente de uno de sus facetas más enigmáticas descubiertas por Dawn, los ya famosos puntos brillantes, en los cuales el espectrógrafo HARPS, ideado para captar posibles exoplanetas, pero utilizado también para observaciones de precisión en nuestro propio Sistema Solar, detectó no sólo el movimiento causado por la rotación de Ceres, sino también inesperadas variaciones adicionales, lo que sugiere que el material de los puntos brillantes es volátil y se evapora con la luz del Sol.
Tal como explica Paolo Molaro, del INAF-Observatorio Astronómico de Trieste,"tan pronto como la sonda Dawn reveló la existencia de los misteriosos puntos brillantes en la superficie de Ceres, inmediatamente pensé en los posibles efectos mensurables desde la Tierra. A medida que este gira, los puntos se acercan a la Tierra, y luego retroceden de nuevo, lo cual afecta al espectro de la luz solar reflejada que llega a nuestro planeta". Ceres tarda nueve horas en dar un giro completo, y los cálculos han demostrado que los efectos debidos al movimiento de los puntos brillantes al acercarse y alejarse de la Tierra debido a esta rotación serían muy pequeños, del orden de 20 kilómetros por hora extremadamente pequeño si se tiene en cuenta la distancia, pero aún así medible por HARPS, que exploró Ceres durante algo más de dos noches en julio y agosto de 2015. "El resultado fue una sorpresa", añade Antonino Lanza, del INAF-Observatorio Astrofísico de Catania y coautor del estudio. "Encontramos los cambios previstos en el espectro por la rotación pero con otras variaciones considerable de una noche a otra".
Una posible explicación, considerada la más probable, es la presencia de sustancias volátiles que se evaporan bajo la acción de la radiación solar. En el caso de las más famosas, las del cráter Occator, cuando reciben luz solar, se forman penachos que la reflejan de forma muy eficaz. Pero se evaporan rápidamente, pierden reflectancia y producen los cambios observados. Este efecto, sin embargo, cambia de noche a noche, dando lugar a patrones aleatorios adicionales a corto y largo plazo. Un curioso misterio que nos hace recordar las informaciones sobre la presencia de neblina en el interior de este cráter.¿Existe una relación? Es lo más probable. Esperemos que Dawn termine dándonos la respuesta definitiva.
El Telescopio de 3,6 metros de la ESO en Chile comenzó a operar en 1977. Constantemente mejorado y actualizado, con el añadido de nuevos instrumentos ( como el mismo espectrógrafo HARPS) es hoy en día una de las mejores herramientas para la exploración del espacio desde la Tierra.
Las mejores imágenes por ahora publicadas de las zonas brillantes del cráter Occator. En el, y en otras zonas de Ceres, HARPS detectó cambios diarios, que podrían señalar procesos de sublimación.
Entre las últimas imágenes enviadas por Dawn, tenemos espectaculares vistas de Ahuna Mons, la extraña montaña que constituye el otro gran misterio de Ceres, ya que su origen nos es desconocido.
Se descubren cambios inesperados en los puntos brillantes de Ceres
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