¿Que ocurre cuando una sonda se queda sin combustible para sus propulsores, más concretamente aquellos dedicados a mantenerla estable? Algo parecido a lo que vemos en esta secuencia. Un giro descontrolado que la deja fuera de servicio, incapaz de hacer ciencia y mucho menos de comunicarse con la Tierra. Por ello lo queda en los depósitos es equivalente al tiempo que le queda de vida, y saber que aún dispone de reservas la mejor noticia posible.
No es el caso de Samba, perteneciente a la flota Cluster, un grupo de 4 satélites lanzados en 2000 para estudiar el campo magnético terrestre. En realidad tanto el como sus compañeros viven al filo del abismo, con sus baterías muertas hace tiempo, viviendo de la energía obtenida en el momento y obligada a desconectar cada vez que entre en la sombra terrestre para reactivarse después, y con muy poco combustible en sus depósitos para sus propulsores de orientación, que hace que este se use de forma muy limitada, lo justo para permitir tomar datos. Pero pese a todo aún está activo, y sus técnicos en tierra han decidido ofrecer al mundo un pequeño regalo.
Samba, como el resto de las Cluster, no tiene cámaras. Su misión es explorar el campo magnético terrestre, y para eso no son necesarias. Pero si dispone de una pequeña Visual Monitoring Camera (VMC), una pequeña webcam, semejante a la de la Mars Express, cuyo objetivo no es observar otros mundos, sino monitorizar la propia sonda. En el caso de esta última, confirmar el despliegue del malogrado módulo de aterrizaje Beagle 2, en el caso de Samba, como se desplegaban sus compañeros, con los que viajó inicialmente juntos. Ambas cumplieron. Ambas fueron desconectadas una vez alcanzado su meta. Y ambas han regresado para ofrecernos un punto de vista poco habitual de la exploración espacial.
Situada en la parte inferior de un vehículo que gira sobre si mismo una vez cada 4 segundos, la VMC ofrece una vista poco apta para aquellos con tendencia a marearse. Pero al mismo tiempo transmite la dureza y complicación de manejar un vehículo espacial. Un regalo realmente curioso por parte de una cámara que permaneció dormida durante 16 años.
La primera vez que Samba activó su VMC, hace 16 años, para ver a su compañero de viaje Tango (se lanzaron en parejas de dos) se separa e iniciaba su propio viaje. Era su cometido, y por eso se desconecto después de estas tomas. Ahora regresa a la vida para ofrecer una visión extraña y al mismo tiempo próxima del espacio.
What the #VMCSouthPole images are about... Roughly! pic.twitter.com/NbmnrCPUTZ— ESA Cluster (@ESA_Cluster) 18 febrer, 2016
Un esquema de la situació de la VMC @ESA_Cluster
La VMC de la Mars Express. Su éxito animó al equipo de las Cluster para hacer lo mismo y reactivar la suya.
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