lunes, febrero 08, 2016

Una flor metálica para una nueva era

Se cumplen 50 años desde la primera fotografía tomada en la superficie de otro mundo.

La carrera espacial está llena de fechas claves, de momentos en que se logró alcanzar una nueva meta soñada, lo que al mismo tiempo significó el principio hacia cimas más altas, en una progresión que, como el espacio que nos rodea, no tiene límites. Y una de ellas, actualmente casi una maravillosa rutina, es el de lograr poner un explorador robótico en otro mundo, que sea capaz de posarse en el suavemente y seguir funcionando, explorándolo desde una prospectiva y proximidad que ninguna sonda orbital, por potente que sea, puede remplazar. Marte es actualmente en gran "terreno de aterrizaje" de todo tipo de sondas y rovers, aunque también Venus tuvo los suyos. Y por supuesto La Luna, por razones evidentes, el que más visitas acumula, especialmente de los tiempos de la Guerra Fría y la competición entre la URSS y los EEUU.

Sería un 3 de Febrero de 1966, exactamente a las 18:44:52 UT en algún punto del llamado Oceanus Procellarum, cuando la sonda Luna 9 soviética hacía contacto con la superficie. No de una forma demasiado suave, pero en ese mismo momento un objeto cuyo aspecto se podría definir como el de una pelota, se desprendía de su parte superior. En realidad era una cápsula de unos 99 Kilogramos de masa, en cuyo interior, protegido por lo que hoy día se conocen popularmente como airbags, se escondía todo lo necesario para actual como una estación lunar autónoma, incluido instrumentos científicos, cámaras, calentadores, emisor de radio y baterías para alimentar todo este instrumental. Un sistema realmente curioso diseñado por la oficina OKB 1 de Serguéi Koroliov, y que después de varios intentos fallidos, donde por diversas circunstancias el alunizaje falló de forma catastrófica, finalmente Luna 9 lo conseguía.

Después de rebotar unas cuantas veces en la superficie lunar, el módulo se detuvo y se abrió como una flor, dejando al descubierto su carga científica. Extendió sus antenas de radio y comenzó a tomar imágenes panorámicas de su entorno, en ese momento iluminado por un Sol muy bajo sobre el horizonte lunar. En la madrugada del 4 de Febrero la primera de ellas era recibida en La Tierra. Por primera vez teníamos imágenes tomadas desde la superficie de otro mundo. Un total de 4 panorámica en 3 días de actividad, algo que puede parecer insignificante si lo comparamos con el torrente de fotografías que recibimos actualmente de vehículos como Curiosity, pero en su momento fue un logro asombroso. Y el principio de una nueva era.

Pocos meses después llegaría a la superficie lunar la  Surveyor 1 de los EEUU, muy superior a su predecesora, que permaneció activa un mes y envió 11.240 fotografías. Pero ya nadie podía quitar a la Luna 9 y la URSS la "medalla de oro" en esta carrera entre potencias, y que fueron ellos los ganadores en el objetivo de aterrizar en otro mundo. No solo eso, este pionero demostró que, al contrario de lo que algunos temían, la superficie lunar no estaba cubierta de una gruesa capa de polvo donde cualquier vehículo se terminaría por hundir sin remedio, haciendo que nunca se pudiera viajar a ella. Su éxito abrió el camino que muchos otros seguirían. Ese 3 de Febrero de 1966 quizás no es una fecha tan recordada como otras dentro de la historia de la carrera espacial, pero todo lo que vivimos actualmente, donde el aterrizar en otros mundos es una realidad, comenzó ese día, cuando una pequeña flor metálica se abrió en la superficie lunar.

La "flor metálica" de la Luna 9. El principio de una era.

El lugar aproximado donde aterrizó la Luna 9, cerca de la Luna 8, uno de los predecesores fallidos.

Una de las 4 panorámicas enviadas por la "flor metálica" durante sus pocos días de actividad. Las primeras imágenes desde otro mundo. 

50 Years Ago We Got Our First Picture from the Moon

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