La ISS, la mayor estructura orbital jamás construida, se mueve alrededor de La Tierra a una velocidad que nos resulta casi imposible de imaginar en toda su magnitud, aproximadamente 28.000 Kilómetros/Hora, tan rápido que completa una órbita cada 90 minutos. Quién haya tenido la oportunidad de verla cruzando el cielo nocturno en pocos minutos posiblemente entenderá mejor el colosal reto que representó hacerla realidad y la tremenda precisión necesaria para enviar una nave a su encuentro, aunque cuando se observan las imágenes que nos llegan de ella puede parecer, por falta de puntos de referencia cercanos, que su viaje el poco menos que un lento paseo entre el cielo y la tierra.
Una de las consecuencias, para aquellos que la habitan, es que son testigos de nada menos que 16 salidas y puestas de Sol al día, como es sencillo calcular sabiendo el tiempo que tarda en dar una vuelta completa a La Tierra. Pero no siempre es así, ya que si bien su plano orbital es siempre el mismo (51,6º con respecto al ecuador), el propio desplazamiento de nuestro planeta alrededor del Sol (que en combinación con la inclinación del eje de rotación de nuestro planeta es el responsable de las estaciones) hace que en ocasiones la ISS se encuentre volando casi en paralelo sobre el terminador, la línea de separación entre el día y la noche.
Y en ese momento, algo que ocurre varias veces al año, nunca desaparece detrás del horizonte, ofreciendo a sus tripulantes la oportunidad de contemplar un espectáculo único, y gracias a ellos, que registran estos instantes de luz eterna, también nosotros. Otra de esas maravillas reservadas a los que han tenido la fortuna de viajar más allá de las nubes y el cielo azul, hacia un lugar donde nunca se pone el Sol.
Este fenómeno se produce cuando la ISS, cuyo plano orbital se desplaza 4º al día hacia el Oeste a causa las irregularidades del campo gravitatorio terrestre, sobrevuela el terminador casi en paralelo.
La magnitud de los "Soles que nunca se ponen" se determina con el llamado ángulo beta, formado por los rayos del sol y el plano orbital de la ISS. Cuanto mayor es más cerca está de volar en paralelo al terminador, algo que ocurre cuando alcanza los 69º. Esto no deja de ocasionar ciertos problemas a la ISS, ya que implica que, a causa de que la luz solar ilumina más una parte que otra de la estructura, se generen diferencias térmicas entre ellas, especialmente con los paneles solares.
Cuando el sol no se pone en la ISS
First Vine Video from Space Posted by NASA Astronaut
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