Curiosity se prepara para ser el primer vehículo humano en pisar un campo de dunas extraterrestres.
Son una de las formaciones que más fácilmente relacionamos con los desiertos terrestres, aunque en realidad solo cubren una pequeña fracción de toda la superficie que puede catalogarse como tal. Enormes montañas de arenas, que le levantan como si fueran grandes olas marinas, que se desplazan lentamente siguiendo el ritmo de los vientos dominantes, y cuya forma, con una suave pendiente por un lado y una mucho más empinada en el otro, correspondiente al frente de avance, no dejan de recordárnosla. Pero no son exclusivas de la Tierra. Al menos conocemos otros dos mundos que las tienen con total seguridad, Titán y Marte.
Y en este último estamos a punto se explorarlas por primera vez, ya que estamos hablando de dunas reales, con un rostro a favor del viento empinado para la arena se deslice hacia abajo, no las simples ondas de arena o polvo trasladado por el viento, y que por ejemplo Opportunity ya se encontró en su momento, con resultados casi fatales.
Conocidas como "Bagnold", este campo de dunas se extiende a los pies de Aeolis Mons y su oscura silueta es claramente visible en cualquier imágen que la Mars Recconaissace Orbiter, en su objetivo de ayudar a planificar la ruta de Curiosity, pueda tomar del interior del cráter Gale. Como un muro parece separar al gran rover de su gran objetivo, y encontrar un camino seguro a través de ellas y hacia el interior de la montaña una de las razones de que haya sido necesario hacer un largo viaje desde el punto de aterrizaje. Pero a su vez son un objeto de estudio lo suficientemente interesante como para intentar explorar Bagnold de forma directa. Y eso es lo que Curiosity esta listo para afrontar. "Hemos planeado investigaciones que no sólo nos hablan de moderna actividad de dunas en Marte, sino también nos ayudarán a interpretar la composición de las capas de arenisca hechos de dunas que se convirtieron en roca hace mucho tiempo", explica Bethany Ehlmann, del Instituto de Tecnología de California y el Jet Propulsion Laboratory.
Y su primer objetivo no puede ser mayor: Una duna con la altura de un edificio de 2 planetas y el tamaño de un campo de fútbol. Cuando la alcance tomará muestras para que sean analizadas por sus 2 laboratorios internos, mientras que se utilizarán las ruedas para abrir un surco en ella y comparar su aspecto exterior con el que esconde por debajo de la superficie. Pero la exploración ya empezó hace días, con Curiosity monitorizando diariamente la dirección e intensidad del viento y tomando imágenes de su objetivo, para captar así cualquier cambio que se produzca. Estamos hablando de dunas activas, que se desplazan lentamente con el tiempo, y por ello detectar pequeños cambios así como la climatología de cada momento, que permita relacionar ambos elementos, resultará igualmente valioso para entenderlas.
"Vamos a utilizar Curiosity para saber si el viento en realidad clasifica los minerales en las dunas por la forma en que el viento transporta las partículas de diferente tamaño de grano" explica Ehlmann."Estas dunas tienen una textura diferente de las de la Tierra", señala Bridges, del Johns Hopkins University's Applied Physics Laboratory."Las ondas en ellas son mucho más grandes que las ondas en la parte superior de las dunas terrestres, y no sabemos por qué. Tenemos modelos basados en una presión de aire inferior. Se necesita una velocidad del viento superior para obtener una partícula que se mueve. Pero ahora vamos a tener la primera oportunidad de hacer observaciones detalladas".
Una nueva y emocionante etapa se abre ante Curiosity, dispuesto a un nuevo desafío antes de afrontar su meta final, la gran montaña de Aeolis Mons.
Una panorámica, aplicando en ella condiciones de luz como las terrestres para facilitar el trabajo de los geólogos, de parte de oscuros campos de dunas de Bagnold.
Duna 1, primera que estudiará Curiosity, excavando en su empinada ladera para sacar muestras y analizarlas.
Las observación continua por parte de la Mars Reconnaissance Orbiter permite apreciar que estamos antes campos de dunas "vivos", que como los terrestres se desplazan con el tiempo.
La ruta de Curiosity desde de aterrizaje. Se observa claramente el muro de dunas que separa este primero de Aeolis Mons. Para superarlo por un lugar más transitable, el rover se está desplazando paralelamente a el para alcanzar el lugar previsto para el cruce.
Ralph Bagnold, militar e ingeniero británico que fue pionero en el estudio de los activos campos de dunas del Sahara. El campo de dunas marcianas de Gale recibió su nombre.
NASA's Curiosity Mars Rover Heads Toward Active Dunes
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