sábado, noviembre 07, 2015

El tenue resplandor de lo que un día fue

Mars Express nos adentra en los secretos de las auroras ultravioleta marcianas.

Son uno de los fenómenos celestes más espectaculares que podemos ver en la Tierra, donde la combinación entre el viento solar, un campo magnético global y la atmósfera dan lugar a un espectáculo digno de verse aunque sea una vez en la vida. Pero como en muchas otras cosas, no es algo único. Otros mundos también muestran este tipo de actividad. Este es el caso de Marte, aunque como ahora veremos sin bien diferentes a lo que vemos en nuestros cielos polares y sigue rodeadas de muchos interrogantes.

¿Pero pueden formarse auroras en Marte, que carece que una magnetosfera como la terrestre? En realidad, aunque no cuenta con una cobertura global que lo envuelva, proteja y canalice el viento solar, la ya desaparecida Mars Global Surveyor de la NASA detectó un magnetismo residual en la corteza de las tierras altas de su hemisferio sur, como un eco de lo que una vez fue un escudo magnético como el terrestre. Muy tenues, pero que podrían facilitar la formación de auroras. Y precisamente fue la Mars Express, en 2003, la primera en detectar emisiones de luz ultravioleta en estas regiones durante la noche. Porque es en esta longitud de onda como se suelen manifestar, aunque en ocasiones pueden alcanzar un rango visible.


"Las auroras ultravioletas son un fenómeno muy extraño y efímero: apenas duran unos segundos. A pesar de que Mars Express haya observado cada región de Marte en múltiples ocasiones, las auroras no parecen repetir ubicación", explica Lauriane Soret, de la Universidad de Lieja y autora principal del artículo publicado en Icarus donde se hace un balance de más de una década de observaciones de esta sonda.

Para poder seguir el resto de estos tenues fantasmas luminosos, la Mars Express debe mirar directamente hacia la superficie nocturna del planeta, algo que hizo en un total de 113 órbitas. El resultado fueron la detección de 16 de estos eventos en 9 órbitas, ya que en ocasiones aparecieron de forma múltiple. La mayoría en vertical,  lo que permitió estudiar cómo varía su brillo, pero 3 de ellas bajo un cierto ángulo, a través de la atmósfera, permitiendo determinarla la altura a la que se producían, y que se estableció en unos 137 Kilómetros de media.

Mars Express fue también capaz de medir la energía de los electrones que estaban impactando con la atmósfera de Marte al mismo tiempo que observaba las auroras con su sensor ultravioleta, permitiendo así una combinación de datos que resultaron sumamente reveladoras.

Así, los científicos descubrieron que sólo se producen en unas circunstancias muy especiales, cerca del límite entre las líneas abiertas y cerradas de los campos magnéticos locales:"Parece que este fenómeno está controlado por una estructura muy especial del campo magnético local: cuando las líneas de campo empiezan a abrirse forman una especie de paraguas que permite el acceso de los electrones energizados", explica Jean-Claude Gérard de la Universidad de Lieja y autor principal del artículo publicado en el Journal of Geophysical Research: Space Physics. Estos son acelerados por un campo eléctrico transitorio a lo largo de las líneas del campo magnético residual hasta chocar con las moléculas de dióxido de carbono de la atmósfera, lo que produce las emisiones ultravioletas detectadas por Mars Express.  

"También hemos logrado introducir los parámetros de estas partículas en nuestras simulaciones para reproducir la altura a las generan", añade Lauriane. "Descubrimos que las auroras ultravioletas asociadas a las anomalías magnéticas de la corteza de Marte son fenómenos aislados, excepcionales y efímeros, que varían espacial y temporalmente. Son muy diferentes de las que podemos observar en otros planetas". Como una huella dactilar que distingue a un individuo de otro, también las auroras parecen fenómenos que llevan escritos la personalidad del mundo donde se manifiestan. Las de Marte son fantasmales, fugaces, casi como un tenue reflejo de las terrestres. Como el propio planeta rojo, quizás un tenue reflejo de que una vez fue, cuando con un campo magnético global, sus cielos polares se iluminaban con unas maravillosas cortinas de luz.

Las auroras vistas por la Mars Express (círculos blancos) sobre un mapa magnético de Marte de la Mars Surveyor. La mayoría parecen distribuirse alrededor de las zonas con un campo magnético residual más potente.

La Mars Express es ya una veterana, pero sigue en plena actividad y ofreciendo un torrente continuo de nuevos datos e imágenes.

MAVEN, por su parte, también esta estudiando estas fantasmales auroras, y de forma aún más profunda gracias a que tiene en el espectro ultravioleta su principal objetivo de estudio.

Un poco de luz sobre las auroras de Marte

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