¿Como describiríamos el aspecto que tiene nuestra estrella si (con la oportuna protección) pudieramos elevar nuestros ojos y fijarnos en ella? Básicamente que es una esfera luminosa sin apenas detallas, un rostro casi perfecto solo "estropeado" puntualmente por las manchas solares que de forma ocasional lo recorren, algo que no cambiaría mucho si lo hicieramos con un telescopio...ciertamente veríamos más cosas, como su burbujeante Fotoesfera y quizás, con suerte, seríamos testigos de alguna erupción, pero en general nos seguiría pareciendo un astro realativamente sencillo, la gran bola de luz y calor que nos ilumina día a día.
Sin embargo el Sol tiene inumerables caras, cada una de ellas visible solo unas frecuencias concretas del espectro, cada una de ellas mostrando un aspecto particular pero que solo la observación de todas, ellas, en su conjunto, nos puede ofrecer una imágen completa que nos permita entender los mecanismos que riguen su actividad, como paso previo para anticiparse a sus manifestaciones más violentas, algo vital para una civilización moderna cada vez más dependiente, aunque muchas veces no nos demos cuenta, de la actividad espacial.
Esta complejidad de facetas es la que hace que sea necesario un despliegue de medios notable y que actualmente encontremos diversos ingenios espaciales en órbita (Soho, las STEREO, Hinode, Solar Dynamics Observatory...) dedicados en exclusiva al estudio del Sol, a los que se añaden diversos observatorios terrestres también centrados en ello. Una estrella es algo demasiado complejo para conocerla en profundidad con un solo explorador, por mucho que solo se encuentre a poco más de 8 minutos-luz de La Tierra.
El Solar Dynamic Observatory, el más potente de todos ellos, es un buen ejemplo de todo ello, y su instrumento AIA (Atmospheric Imaging Assembly) observa el Sol en 10 frecuencias del espectro, cada una de ellas ofreciendo datos únicos como podemos ver en la lista siguiente:
4.500 Ångströms (10-10 Metros): Permite estudiar la Fotosfera.
1.700: Desvelamos la Cromosfera, la capa situada justo por encima de la primera.
1.600: Tanto la Fotoesfera como las regiones de transición.
304: La luz emitida por la Cromosfera y zonas de transición.
171: Observamos la Corona y los arcos mangéticos que allí encontramos.
193: Las zonas ligeramente más calientes de esta y las llamaradas solares.
211: Las regiones más magnéticamente activas de la Corona.
335: Aproximadamente lo mismo que la anterior.
94: La Corona durante la aparición de llamaradas solares.
131: Las partes más calientes de una llamarada.
Todo esto y mucho más es el Sol, y es como los astrónomos lo estudian. Es un astro complejo, mucho más de lo que nos puede parecer al verlo brillar, aparentemente sin cambios y casi como algo fijo e invariable, en nuestro firmamento, y conocerlo realmente es una aventura de la que apenas estamos recorriendo las primeras etapas.
Los rostros del Sol que observa el SDO, tanto las 10 frecuencias de AIA como las del HMI (Helioseismic and Magnetic Imager), que se centra en los movimientos y propiedades del campo magnético en la superficie solar.
El Sol del telescopio SOHO, tanto en diversas frecuencias en el Ultravioleta (Extreme ultraviolet Imaging Telescope o EIT), actividad magnética (Michelson Doppler Imager o MDI) o actividad coronal ( Large Angle and Spectrometric COronagraph o LASCO).
El Sol de las STEREO, en ultravioleta lejano y lo que es más importante, en regiones invisibles desde la Tierra gracias a su posición orbital.
El Sol de Hinode, en este caso en Rayos-X, en este caso de una potente erupción solar. También tiene capacidad para obserarlo en diversas frecuencias del espectro Ultravioleta.
The Sun's Different Light: How Scientists Study Our Closest Star
1 comentario:
Fantástica recopilación. Gracias
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