Las sondas GRAIL se precipitaron recientemente contra La Luna, poniendo un espectacular punto final a su misión, que durante casi un año desveló con un detalle sin precedente el campo gravitatorio lunar y con ello nos desveló tanto características desconocidas de su estructura interna como de un pasado mucho más violento de lo que se pensaba hasta ese momento. No sería exagerado decir que existe un antes y un después del viaje de estas pequeñas pero maravillosas sondas.
Y que se despidieron de nosotros ofreciendo uno de los vídeos lunares más espectaculares de la historia, registrado por la MoonKAM delantera y trasera de Ebb a solo 3 días del impacto y desde solo 10 Kilómetros de altura, parecida o incluso menor a la que adquieren muchos vuelos comerciales por la atmósfera terrestre. Prácticamente estamos viendo La Luna no desde el punto de vista de una sonda espacial sino la que ofrecería un hipotético avión lunar.
Aunque las MoonKAM no formaba parte del equipo principal de estas sondas, ya que eran parte de un proyecto para acercar la exploración lunar a los escolares de los EEUU, permitiendo a diversos colegios hacer sus peticiones de imágenes, y por tanto su resolución no era demasiado alta, la proximidad con la superficie selentita era tal que el resultado final resulta sencillamente impresionante.
Las sondas GRAIL, Ebb y Flow, descansan ya en las laderas de una montaña cercana al cráter Jackson, en la zona polar norte, pero su inmenso legado científico está destinado a perdurar para la posteridad, al igual que su última mirada antes del fin, cuya visión nos hizo sentir, quizás incluso más que otras sondas, lo que realmente significa volar sobre La Luna hasta casi tocarla con los dedos.
Ebb y Flow, pequeñas en tamaño pero gigantes en sus logros.
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