Los telescopios espaciales Spitzer y Herschel ofrecen evidencias de la existencia de un cinturón de asteroides alrededor de Vega.
Es la segunda estrella más brillante del Hemisferio Norte, fruto de ser 40 veces su luminosa que el Sol y estar situada a solo 25 años-luz de distancia, y tiene una estrecha relación con la Humanidad, ya que fue la estrella polar alrededor del 12.000 antes de nuestra era y lo será nuevamente dentro de unos 10.000, cuando el movimiento del eje terreste mueva el polo celeste muy cerca de ella. También fue la primera de la que se registró su espectro (desvelando así su composición), una de las primeras de la que se pudo saber su distancia, gracias a la técnica del paralaje, y sirvió de base para calibrar algunas escalas de medición estelar, como el sistema fotométrico. En resumen, toda una historia en común.
Y con mayores parecidos de lo que podemos pensar, como ahora desvelan los datos de Spitzer y Herschel, ya que estos ofrecen claros indicios de la existencia de un cinturón de asteroides, o sería mejor decir 2, uno interno y otro externo claramente más frío, lo que encaja precisamente con lo que vemos en el Sistema Solar, con el cinturón que se extiende entre Marte y Júpiter, y que estos mantiene bajo control, y el que vemos más allá de Neptuno, que conocemos como Cinturón de Kuiper, con los grandes planetas moviéndose entra ambos y manteniendo limpio el espacio intermedio.
Dada la semejanza es inevitable pensar en la posiblidad que eso mismo encontremos aquí. ¿Existe en Vega un sistema planetario múltiple? Aunque de momento no se han detectado, lo cierto es que tenemos ejemplos de descubrimientos parecidos donde, posteriormente, de encontraron planetas, como es el caso de la estrella HR 8799. Por tanto Vega se podría convertir en un objetivo para el futuro telescopio espacial James Webb, con su muy superior capacidad de observar el universo en el espectro infrarrojo, al igual que otra estrella, Fomalhaut, de tamaño parecido y donde se detectaron anteriormente las mismas estructuras.
Vega tiene una esperanza de vida relativamente limitada, ya que al ser mayor y más brillante que el Sol está consumiendo sus reservas de Hidrógeno más rápidamente, y se estima que es de unos 1.000 millones de años de los cuales podría haber cumplido ya algo más de la mitad. Resulta, por tanto, muy difícil que, con tan poco tiempo, puediera surgir la vida en alguno de ellos, pero resulta interesante comprobar que la estructura de nuestro Sistema Solar se repite en otras estrellas, incluso en aquellas que, por su tamaño y duración vital, no esperarías ver.
Si Kepler esta permitiendo hacer los primeros cálculos aproximados de los mundos, incluidos terrestres, que podrían esconderse en la Vía Láctea, este tipo de descubrimientos no dejan de afianzar, aún más, la noción de que los sistemas planetarios, que hasta hace pocas décadas se veía como muy poco habitual o incluso con el nuestro como único, existen a nuestro alrededor en números que exceden nuestros sueños. Si incluso en una estrella aparentemente tan poco adecuada como Vega existe la posiblidad real de que podemos encontrar planetas..¿que maravillas nos esperan al otro lado de la frontera de nuestro sistema solar?
Una comparativa entre los cinturones de Vega y del Sol, donde la semejanza entre ambos resulta evidente y hace que podamos especular sobre la posibilidad de que también aquí, como en cada vez más estrellas, existan planetas esperando ser descubiertos.
Vega, una de las estrellas más brillantes del firmamento.
Extremadamente brillante y tan caliente que despide un brillo azulado, Vega gira tan deprisa que su forma queda distorsionada. Un espectáculo curioso para cualquier observador que se situara sobre la superficie de un hipotético mundo que orbitara a su alrededor.
El movimiento del eje terrestre hace que el Polo celeste se mueva en un ciclo de 26.000 años. Hace 13.500 Vega era la estrella Polar, y lo será de nuevo dentro de otros 13.000 años.
NASA, ESA Telescopes Find Evidence for Asteroid Belt Around Vega
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