Parecen ya lejanos los tiempos en que el Sistema Solar se veía como una rareza cósmica, que solo conocíamos los planetas que se mueven alrededor del Sol, y hasta se discutía seriamente si eran algo común en la Galaxia o, por el contrario, vivíamos poco menos que en un accidente, una lugar excepcional en medio de la oscuridad. Pero lo cierto es que hasta fechas tan tardías como 1995 no sabíamos cual era la respuesta. Hasta no hace tanto solo existían en los sueños y historias de ciencia ficción.
Apenas 25 años después la situación es completamente opuesta. Se conocen miles de planetas en otras estrellas, la lista sigue creciendo rápidamente y los planes futuros, con la implementación de nuevas tecnologías, ya no es solo descubrirlos, sino intentar profundizar en su naturaleza e incluso buscar señales químicas que delaten la presencia de procesos biológicos. El nivel de avance es realmente extraordinario.
El telescopio VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO) es uno de los actuales colosos astronómicos que sigue apuntándose logros en este campo, y el más reciente de ellos es otro salto adelante en esta carrera: La primera imagen jamás conseguida de dos mundos alrededor de una estrella parecía al Sol, aunque mucho más joven, apenas unos 17 millones de años. Quizás una imagen de lo que fuimos nosotros, una instantánea de nuestro pasado.
Aunque con diferencias. Los dos gigantes gaseosos orbitan a su estrella anfitriona a distancias de 160 y de unas 320 veces la distancia Tierra-Sol. Esto los sitúa mucho más lejos de lo que están Júpiter o Saturno, que serían el equivalente, de nuestro Sol ( a sólo 5 y 10 veces). También se descubrió que son mucho más pesados, el interior tiene 14 veces la masa de Júpiter y el externo seis veces. ¿Existen otros aún por descubrir, mucho más pequeños, ahí escondidos? Puede ser, pero aún no tenemos capacidad para verlos, ya que es gracias a que son tan jóvenes y aún conservan las altas temperaturas originarias de su nacimiento que se han podido detectar. Un sistema planetario tan antiguo como el nuestro, a esa distancia, sería invisible con la tecnología utilizada en este caso.
El futuro estará en manos de las nueva generaciones, como el Telescopio Extremadamente Grande (ELT), con el que se podrá, ahora si, adentrarse en estos sistemas planetarios, y en el caso que nos ocupa, no solo si hay más planetas ahora invisibles, sino pistas sobre si los dos ahora descubiertos se formaron en sus actuales órbitas o bien migraron desde otro lugar. Un detalle importante, pues se cree que eso es precisamente lo que ocurrió en el Sistema Solar con los planetas gigantes, Júpiter y compañía. Verlo directamente en lo que parece una versión mucho más joven del nuestro sería fundamental para confirmar esta teoría. Como espejos de nosotros mismos, estos mundos nacientes pueden hacernos comprender mejor lo que una vez fuimos.
Mundos en una estrella como el Sol.
Posición del sistema planeta TYC 8998-760-1 en el cielo terrestre.
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