Venus y la Tierra, juntas en el cielo marciano.
En nuestro mundo tenemos una brillante "estrella" o lucero del alba, o del atardecer según el momento. Su resplandor puede resultar espectacular (incluso creando tenues sombras en los momentos álgidos) y no es extraña las connotaciones religiosas y astrológicas que adquirió para muchas civilizaciones antiguas de todo el mundo. Una densa atmósfera, que refleja buena parte de la luz solar que recibe es la responsable última de semejante belleza celeste, digna de la diosa del mismo nombre. Sin embargo, en los cielos de Marte, tiene una dura competencia que habría hecho las delicias de los marcianos, de haber existido.
Curiosity, como hace de forma relativamente habitual, nos regaló recientemente una de esas panorámicas que justifican casi por si misma su existencia. No fueron fotografías tomadas con ese objetivo concreto, sino que formaban parte de una campaña para medir la luz del crepúsculo, y así conocer la concentración de polvo en suspensión presente, que es bastante alta en esa época del año marciano, pero nos dieron este regalo planetario, Venus y la Tierra justan en las polvorientas luces del atardecer. Dos luceros al precio de uno, si se quiere mirarlo de esta forma.
Y muy brillantes, ya que en ese momento, debido a las ya mencionadas condiciones de grandes cantidades de polvo en suspensión, no se aprecian estrellas, ni las más luminosas. Sin embargo nosotros, nuestro mundo, así como la ardiente Venus se las arreglan para superar este obstáculo, aunque no sea con su resplandor habitual. Sin lugar a dudas cualquier futuro explorador humano, o incluso aquellos que (quizás) lleguen a convertir en planeta rojo en su nuevo hogar, observaran maravillados este tipo de encuentros entre los dos luceros, y más sabiendo que uno de ellos, el más azulado, es el mundo del que un día ellos, o sus antecesores, partieron.
Dos imágenes del cielo nocturno que se combinan para mostrar a la Tierra y Venus el 5 de junio de 2020. Ambos planetas aparecen como simples puntos de luz debido a una combinación de la distancia y la alta concentración de polvo en el aire; normalmente se verían como estrellas brillantes. En la parte inferior se asoma Tower Butte, una región rica en de arcilla que Curiosity ha estado explorando desde principios de 2019.
La Tierra y la Luna, en imágenes tomadas en 2014. El diferente todo del cielo marciano es debido que en esos momentos la concentración de polvo en suspensión era mucho menor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario