En 1995 se lanzó está misión conjunta entre Europa y la NASA, un observatorio espacial que tenía como objetivo central y prioritario el estudio del Sol. Por ello su mirada está centrada en nuestro estrella, a la que observa fijamente desde entonces, y por lo cual, a pesar de que han llegado otros exploradores mejores y más potentes, sigue siendo una pieza vital en nuestro esfuerzo por entender el brillante corazón del Sistema Solar.
Sin embargo, a lo largo de los años, SOHO se fue convirtiendo también en el más exitoso cazador de cometas, a los que especialmente a través de su instrumento LASCO (Large Angle and Spectrometric Coronagraph), que bloquea el disco central del Sol para poder observar su tenue atmósfera exterior, no ha dejado de descubrirlos, muchos de ellos tan tenues que solo el fue capaz de detectarlos, y en buena medida gracias a que actualmente sus archivos están abiertos al gran público gracias al proyecto Sungrazing, lo que permite a cualquiera convertirse en un auténtico cazador de estos viajeros celestes.
Y precisamente de la mano de uno de estos "científicos civiles", Trygve Prestgard, que llega el número 4000, coincidiendo con el 25 aniversario del lanzamiento de SOHO. Un doble motivo de celebración.
El protagonista es un cometa muy pequeño, extremadamente tenue, motivo por el cual solo fue captado por SOHO, algo más habitual de lo que podemos pensar. A pesar de esa imagen que tenemos de ellos, como cuerpos brillantes y espectaculares fácilmente visibles, en realidad solo una pequeña parte lo son. La mayoría pasan por nuestro vecindad como pequeños fantasmas, sin que nos demos cuenta. De ahí lo importante del trabajo realizado por este observatorio espacial. De su trayectoria, además, podemos deducir que forma parte de la llamada familia Kreutz, ya que tienen parámetros orbitales parecidos y se cree que son restos de un gran cometa que se fragmentó en el pasado.
Tal cantidad de descubrimientos nos recuerdan la constante presencia de cometas en nuestra vecindad solar, y que lejos de ser un fenómeno puntual decenas de ellos, por no decir cifras más altas, se adentran en la luz solar, algunos en un viaje sin retorno.
El cometa 4000 no llegó solo, sino con la compañía del 3999, mucho más brillante.
Algunos de los cometas más espectaculares descubiertos por SOHO.
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