La ESA (Agencia Espacial Europea) tiene, al igual que la NASA, su propia red de rastreo del firmamento, en busca de posibles amenazas, pequeños asteroides que pasen cerca de nuestro mundo y puedan representar una peligro a medio y largo plazo. Forma parte del esfuerzo global para intentar descubrir y mapear a todos estos molestos vecinos que nos rodean, aunque en ocasiones nos ofrece curiosos "extras", no buscados de forma intencionada, pero por eso mismo recibidos como un regalo que merece nuestra atención.
El lanzamiento más reciente de una sonda interplanetaria fue la Solar Orbiter, ya en camino hacia su destino, y 20 horas después de que despegara, el telescopio Schmidt, en Calar Alto, España, que forma parte de esta red de caza de asteroides, la captaba en su trayectoria de salida, a unos 310.000 Kilómetros de nuestro planeta y pocas horas de superar la órbita de La Luna y ya en camino hacia Venus, donde deberá realizar su primera asistencia gravitatoria.
No es más que un tenue punto de luz, 250.000 veces más débil de lo que podemos ver a simple vista, alejándose hacia la oscuridad. Pero en ese punto viajan años de trabajo, miles de sueños cumplidos y innumerables esperanzas para el futuro. La mejor definición posible de lo que representa la exploración espacial.
Farewell, #SolarOrbiter 👋— ESA's Solar Orbiter (@ESASolarOrbiter) February 11, 2020
ESA asteroid experts spotted the satellite moving across the sky 👇 last night, 20 hours after launch, from @CalarAltoObs in Spain. The mission is on its way to its 1st #Venus flyby, scheduled in December #WeAreAllSolarOrbitershttps://t.co/VksT4k3g5g pic.twitter.com/KeK8KKU49R
Buen viaje!!!
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