viernes, junio 22, 2018

Cuando Marte se cubre de polvo

La gran tormenta rodea ya a todo el planeta rojo.

Desde que dio sus primeras señales de vida no dejó de crecer día a día, expandiéndose en todas direcciones. Opportunity fue su primera víctima, y por su causa permanece en silencio hasta el día de hoy. Quizás hasta pronto, quizás para siempre. Por su lado Curiosity, al otro lado del planeta, había permaneció al margen de este drama climático, solo afectado de forma indirecta por un cierto aumento de la opacidad atmosférica, del polvo en suspensión, y con ello una disminución medible de la luz solar que estaba llegando a la superficie. Nada más. Hasta que Marte decidió que la tregua con el gran rover había terminado.

Y es que lo que empezó como una tormenta local es ya un fenómeno global. Su abrazo abarca ya todo el planeta, con la excepción de las altas cimas de los volcanes marcianos, y en el cráter Gale, donde "vive" Curiosity, los niveles de oscuridad diurna están llegando a niveles nunca vistos antes por este rover. Por fortuna, y a diferencia de su ahora silencioso hermano de aventuras, saca toda la energía que necesita de su generador termoeléctrico de radioisótopos, por lo que es inmune a esta situación (si alguien se pregunta porque apostar por la energía nuclear cuando en Marte la luz solar es un bien ampliamente disponibles, esta es una de las respuestas), pero da una idea de lo que esta viviendo Opportunity.

El que pueda seguir activo es también una bendición para los científicos, ya que junto con las sondas orbitales actualmente en servicio, está ofreciendo la posibilidad de estudiar en directo este fenómeno atmosférico, tan espectacular como desconocido en cuanto a los mecanismos que lo desencadenan. Y es que hay muchas cosas que no sabemos. Por ejemplo, por qué algunas tormentas duran meses y se vuelven masivas, mientras que otras se mantienen pequeñas y duran solo una semana? A día de hoy no se tiene una respuesta clara.

Las tormentas marcianas regionales son comunes, especialmente durante la primavera y el verano del hemisferio sur, cuando el planeta está más cerca del Sol, ya que a medida que la atmósfera se calienta, los vientos generados por los mayores contrastes térmicos hace moverse y elevarse pequeñas partículas de polvo. Por otro lado el dióxido de carbono congelado en el casquete polar invernal se evapora, aumentado la densidad de la atmósfera y la presión de la superficie. Esto potencia el proceso, al ayudar a mantener estas partículas de polvo en suspensión, en algunos casos hasta los 60 kilómetros o más de altura. Pero el detonante que lleva a algunas de ellas a convertirse en monstruos a escala planetaria sigue siendo una asignatura pendiente para los científicos. Si queremos que algún día exploradores humanos pueden pisar la superficie durante largos periodos de tiempo, es vital descubrirlo.

Que se haya desatado ahora ofrece no solo esta maravillosa posibilidad, sino que evita el drama que habría sido para InSight de coincidir con su llegada. Tanto Curiosity como las sondas en órbita, como la Mars Reconnaissance Orbiter, deberán aprovecharla bien. Y solo esperar que Opportunity aún siga con nosotros.

La llegada de la tormeta al cráter Gale. La oscuridad es tal que obliga al sistema óptico del rover a aumentar el tiempo de exposición para lograr captar su entorno.

Opportunity fue el primero en ser golpeado por ella. Actualmente duerme para conservar la escasa energía disponible.

La tormenta se convierte en global, como constató la Mars Reconnaissance Orbiter.

Martian Dust Storm Grows Global; Curiosity Captures Photos of Thickening Haze

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