Los datos de Cassini confirman que esta luna tiene un océano global de agua líquida bajo la superficie.
Europa es el gran objetivo de la exploración interplanetaria para la próxima década. Las evidencias de un gran océano de agua líquida bajo sus heladas llanuras lo han convertido en el lugar más prometedor para encontrar vida en otros puntos del Sistema Solar aparte de La Tierra. Sin embargo hay voces que disienten de este clasificación. Y ahora, más que nunca, esta pequeña luna de Saturno parece reclamar una posición de igualdad con respecto a su hermana joviana, si es que no se coloca directamente por encima. Nada cambiará ya que Europa será explorada en primer lugar, pero desde la distancia Encelado nos está llamando cada vez con mayor fuerza.
Desde la llegada de Cassini a Saturno hemos vivido una revolución continua con respecto a este pequeño mundo de apenas 500 kilómetros, que vive una intensa actividad geológica que las Voyager intuyeron, pero que esta sonda orbital nos mostró en todo su esplendor. Y por encima de todo sus famosos geisers, los chorros de hielo y polvo que surgen del polo sur a través de las fisuras apodadas ‘rayas de tigre’ y que nos indicaba que algo estaba pasando bajo la superficie.¿Un océano? La respuesta no parecía clara, existían alternativas para explicar su existencia sin necesidad de una gran masa de agua oceánica bajo el hielo, y fruto de movimientos de convección de este último.
Sin embargo imagen a imagen, dato a dato, Cassini no dejó nunca de aportar nuevas evidencias que que de forma constante y testaruda indicaba lo contrario. Ahí abajo, escondido por una capa de hielo de varios Kilómetros, se escondía una gran masa de agua, y lo que es más importante, los geisers estaba directamente conectados a ella, como delataba sus huella químicas. Poco a poco este hecho se fue aceptando, por sorprendente que fuera que un astro tan pequeño tuviera tanto calor interno, incluso contando con los efectos de marea de Saturno y las otras lunas.¿Pero era solo una formación local, en el polo Sur? Quizás era solo un fenómeno puntual, y la energía con que se proyectaban al espacio estas plumas de partículas no eran por el calor interno, sino "solo" agua gélida a alta presión. Eso hasta que se descubrieron evidencias de que existencia de fuentes hidrotermales. Allí existe agua líquida, sales, compuestos orgánicos, calor..
Y ahora, finalmente, la acumulación de observaciones de Cassini han dado un último salto adelante, y determinado que el océano de Encélado es precisamente eso, un océano inmenso que abarca la totalidad de este mundo. La toma de innumerables imágenes a lo largo de los años han permitido determinar la magnitud de los "bamboleos" del eje de rotación, lo que se conoce como libraciones, y que es fruto del tirón gravitatorio de Saturno sobre un cuerpo que no es perfectamente esférico y con una órbita que tampoco es perfectamente circular. "Si la superficie y el núcleo se conectan rígidamente, este último proporcionaría tanto peso muerto que el bamboleo sería mucho menor que lo observado", explica Matthew Tiscareno, científico de la misión Cassini. "Esto demuestra que debe haber una capa global de líquido que separa la superficie del núcleo". Dicho de otro modo, entre la corteza de hielo y el núcleo rocoso se extiende un océano.
Este descubrimiento, solo posible gracias a la larga vida de la sonda Cassini, es un gran triunfo para todos los implicados, ya que culmina el largo camino iniciado con su llegada al sistema de Saturno, en 2005. Es también una demostración espectacular de lo importante y valiosas que pueden ser las sondas orbitales y hasta que punto cuando más largas sea su vida activa más descubrimientos puede hacer, ya que no existe ningún mundo en el Sistema Solar no sea lo suficientemente complejo como para seguir sorprendiendo por años que pasen.
Este 28 de octubre Cassini realizará el sobrevuelo más cercano a Encélado de toda la misión, a solo 49 kilómetros de la superficie, y apenas un poco más lejos de lo que ahora podemos estar casi seguros de que es un océano de agua líquida, con compuestos orgánicos, sales y fuentes de calor hidrotermal, quizás no muy diferentes a las que podemos encontrar en algunos puntos del fondo oceánico terrestre. En nuestro planeta son el hogar de innumerables organismos vivos, que se arremolinan en ellos como si de un oasis en medio del desierto se tratara.¿Podría ocurrir lo mismo aquí? Quién sabe, pero posiblemente sería más sencillo descubrirlo en Encélado que en Europa, ya que a diferencia de este último, tenemos lo que ahora sabemos que son un acceso directo a esas aguas subterráneas, una enormes plumas de vapor de agua helada que podrían transportar desde las profundidades las evidencias que buscamos.
A finales de 2017 veremos el final de Cassini. Después de eso solo quedará afrontar una larga espera hasta que exista la voluntad política de impulsar una nueva misión a Saturno, y más específicamente a Encelado. Propuesta existen, aunque como siempre el presupuesto disponible y el interés en proyectos a tan largo plazo por parte de los gobiernos correspondientes siempre son un freno a los sueños de exploración. En el caso de Europa, después de una intensa lucha y una gran presión a todos los niveles, se consiguió luz verde para que la NASA para una sonda exploradora (2 si se tiene en cuenta la que también lanzará la ESA, aunque en su caso más centrada en Ganímedes), que deberá partir a principios de la próxima década. La batalla por Encélado, y ahora con el arsenal que representan estos descubrimientos para sus defensores, justo acaba de comenzar.
Después de años de investigación, confrontación de teorías y nuevos datos de Cassini, el que parece ser el modelo definitivo de Encelado: Un corazón rocoso, una océano global y una corteza de hielo, con los geisers del Polo Sur conectado directamente esta masa líquida con la superficie.
Encelado tiene en sus plumas de partículas una puerta directa a su interior, y con una sonda equipada para ello se podría buscar señales de vida o compuestos directamente relacionado con ella que pudieran ser transportados hasta el exterior. Su exploración parece ahora más prioritario que nunca.
La idea de una sonda a Encelado lleva rondando la mente de muchos científicos desde que se reveló lo extraordinaria de su naturaleza. La ELF (Enceladus Life Finder) es la más reciente, y aunque sus posibilidades de ser aprobada dentro de la selección para una nueva misión clase Discovery (la más barata, no superior a los 450 millones de Dólares) es en el mejor de los casos muy escasas, es una muestra del creciente interés por esta luna.
Cassini se encuentra a solo 2 años del final de su misión en Saturno. Para la posteridad dejará un conjunto de descubrimientos asombrosos, el ejemplo perfecto de lo que una misión orbital de larga duración puede conseguir, y lo que es más importante, una llamada para que un día volvamos a este maravilloso reino planetario.
Cassini Finds Global Ocean in Saturn's Moon Enceladus
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