Hubo un tiempo en que el firmamento se consideraba, como indica su propio nombre, algo firme, sólido, inmutable, una concepción cuyas raíces, en Occidente, se remontaba al pensamiento Aristotélico. Por eso la aparición de una estrella "nuevo", de un elemento que rompía esa aparente inmovilidad, era visto con sorpresa y hasta aprensión. Se las llamaba "stella nova" y durante siglos a cualquier aparente estrella que aparecía en el cielo se le añadía la palabra nova. No sería hasta la década de 1930 cuando esta definición tan estricta se amplió: Si explotaba completamente, era una supernova; Si no lo hacía, era una nova. Aún debería complicarse más, a medida que nuestro conocimiento de los diversos cuerpos celestes fuera aumentando, pero la expresión tal como la conocemos había nacido.
¿Que es entonces una Nova? El escenario más común que las genera es una súbita explosión de actividad en sistemas estelares dobles. En estas "parejas", juntas desde su nacimiento, una será siempre masiva que la otra. Puede que por un poco, puede que por mucho. Pero sea cual sea la diferencia, eso implica que una "envejecerá" más rápido que la otra, agotando antes sus reservas de Hidrógeno y entrando en una fase de inestabilidad y expansión de sus capas externas. Mientras todo esto ocurre, la menor seguirá estable.
Finalmente la primera de ellas atravesará la fase de Gigante Roja y expulsará violentamente sus capas externas, convirtiéndose finalmente en una Enana Blanca, lo que queda de su núcleo. Se inicia así un tranquilo retiro a medida que va enfriando, un proceso tan largo en el tiempo que aún ninguna, desde el nacimiento del Universo, llegó a la fase fina, una Enana Negra. Pero antes deberá afrontar las consecuencias de vivir en pareja.
Tarde o temprano, dependiendo de la diferencia de masa entre una y otra, su compañera afrontará un destino parecido. Pero en esta ocasión las cosas son más complicadas. Las capas externas se expanden y enfrían, a medida que entra también en la fase de Gigante Roja. Pero en esta ocasión esta presente una pequeña pero densa y gravitatoriamente potente vecina, que comienza el proceso de atraer parte de las capas externas de su compañera. Al principio, este proceso es bastante benigno: La atmósfera de Hidrógeno del gigante se acumula simplemente en la superficie, ya que la Enana Blanca está compuesta del más pesado Carbono y Oxígeno, sin mayores consecuencias.
Si el proceso se detuviera allí, nada sucedería. Pero no es así. En algún momento, las presiones en las capas más profundas de esta acumulación de Hidrógeno alcanza un punto crítico, y entonces todo salta por los aires. En un único y apoteósico destello nuclear. Lo que ocurra con la protagonista depende entonces de la intensidad de dicha explosión. Si es lo suficientemente energética para desencadenar la fusión de Carbono, la enana blanca de desintegrara en forma de supernova, y del tipo más potente. Pero si sólo se consume la capa de hidrógeno, se trata de una nova, cuyo brillo "solo" aumenta, a lo largo de varias semanas, entre 50.000 a 100.000 veces.
Poco comparado con el de una supernova, pero igualmente suficiente para resplandecer en nuestro firmamento si está relativamente cerca de nosotros.
Los peligros de la vida en común. Cuando una estrella entra en un estado de inestabilidad por el agotamiento del combustible del núcleo, sus capas externas se expanden y enfrían, convirtiéndose en una gigante roja. Si está acompañada de una enana blanca, esta absorbe para de esta atmósfera en expansión, hasta que acumula suficiente material para generar una única y violeta reacción nuclear. Si es suficientemente potente, generará una supernova, si no y sobrevivir (quizás incluso para repetir el proceso) formará una nova. Se calcula que ocurren unas 12 en la galaxia cada año.
Nova Sagittarius 2016, la última nova aparecida en el firmamento terrestre.
Nova, supernova y hipernova.
Not Super, But Still Brilliant: What Causes Regular Novas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario