La pequeña historia de la Pioneer que nunca despegó.
En el Smithsonian National Air and Space Museum, un paraiso para todos aquellos aficionados a la carrera espacial, uno puede encontrar auténticas reliquias, desde el módulo de mando del Apollo 11 hasta el SpaceShipOne, del Mercury Friendship 7 con el cual los EEUU enviaron a su primer astronauta a la órbita terrestre hasta la maqueta original del USS Enterprise que se usó en la serie Star Trek...y, quizás algo oculta entre tanto coloso mediático, lo que parece una réplica de las Pioneer, las dos primeras sondas que entraron en el Sistema Solar exterior y visitaron Júpiter y Saturno.
Y de hecho así se presenta en los papeles oficiales, una réplica, más exactamente de la Pioneer 10, la primera en cruzar el cinturón de asteroides, marcando un hito en la historia y demostrando que era posible, acabando con el temor que este último fuera una barrera insuperable para la exploración espacial. Sin embargo lo que ahora se expone colgada en el Smithsonian no es una réplica, sino una sonda real, construida con la intención de que siguiera los pasos de sus dos hermanas pero que finalmente nunca se llegó a lanzar. Su nombre, Pioneer H, que se habría pasado a llamar Pioneer 12 en caso de haber despegado hacia las estrellas.
La Pioneer H fue una apuesta personal del equipo científico de las Pioneer 11 y 12, que durante el diseño y construcción de ambas sondas empezaron a considerar la idea de una tercera, y que sería propuesta de forma oficial en 1971. La idea era lanzarla en 1974 (sus dos hermanas lo harían en 1972 y 1973) en dirección hacia Júpiter, y que aprovechando la fuerza gravitatoria del planeta, fuera proyectada hacia una órbita fuera del plano de la elíptica, permitiendo observar tanto al gigante gaseoso como al Sol desde una perspectiva polar. Es lo que se conoce como una misión OOE (Out-Of-The-Ecliptic mission).
La sonda tomó forma a partir de elementos de repuesto de las Pioneer F y G (que una vez en vuelo recibieron los nombre oficiales con los que pasaron a la historia, Pioneer 10 y 11), pero finalmente la NASA descartó el proyecto tras el exitoso despegue de las dos primeras, considerándola como una sonda "de repuesto" que ya no era necesario lanzar, para decepción de todos los implicados, como explicó el ya desaparecido James Van Allen: "Hicimos una intensa campaña para poder lanzar esta digna y operativa nave de repuesto y su complemento de instrumentos en una misión de bajo costo, fuera de la eclíptica a través de un sobrevuelo de alta inclinación con Júpiter. Sin embargo, nuestro caso cayó en oídos sordos en la sede de la NASA, y ahora cuelga en la galería principal del National Air and Space Museum, a 1 UA del Sol y 0 grados de latitud en el plano de la eclíptica".
Finalmente sería transferida al Smithsonian en 1976, una sonda completa y de la que solo faltaba (lógicamente) sus generadores nucleares (RTG), y donde sigue expuesta en la actualidad, presentada como la réplica que en realidad nunca fue.
Sin embargo, en ocasiones, la historia termina siendo justa, y el 8 de Febrero de 1992 la sonda Ulysses sobrevolaba Júpiter y utilizaba su campo gravitatorio para proyectarse fuera del plano de la Elíptica, hacia una órbita que le permitiera estudiar el Sol desde una perspectiva polar. Precisamente lo que la Pioneer H habría vivido en 1974 de haber sido lanzada. Aunque fuera con 20 años de retraso el viaje se había hecho realidad y la historia de la sonda que nunca voló llegó, simbólicamente, a su final.
La Pioneer H, actualmente expuesta en el Smithsonian National Air and Space Museum.
La sonda Ulysses afrontó una extraordinaria misión fuera del plano de la elíptica tras sobrevolar Júpiter, entrando en una órbita que le permitió observar el Sol desde una perspectiva hasta ese momento única.
Pioneer H, Jupiter Swingby Out-of-the-Ecliptic Mission Study
Pioneer H
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