Una de los motivos para intentar lanzar a la New Horizons tan rápido como fuera posible era alcanzar su objetivo antes de que la atmósfera de este pequeño mundo se colapsara a medida que, una vez superado el Perihelio, se estaba alejando lentamente del Sol, y las temperaturas, ya de por si gélidas más allá de lo que nuestro cuerpo y nuestra mente, de estar expuestas a ella durante unos momentos, serían capaces de procesar, se hicieran aún más frías. Fue una carrera contrarreloj, donde los modelos aceptados en esos momentos indicaban que sería en vano, y que cuando la sonda llegara ya se habría sumido en un sueño de varios siglos, congelado sobre la superficie. Pero como en tantos aspectos, el Plutón real tenía sus propios caminos inescrutables. Afortunadamente, añadiríamos.
New Horizons se encontró no solo con que Plutón seguía contando con una atmósfera (aunque menor de lo que se esperaba encontrar si se llegaba a tiempo), sino que esta resulta de una fascinante complejidad, mucho más de lo imaginado para lo que, comparado con la que existe en la Tierra a nivel del mar, era algo menos que nada. Los científicos creen que esta neblina es de origen fotoquímico, resultante de la acción de la luz solar sobre el metano y otras moléculas en la atmósfera, produciendo una mezcla compleja de hidrocarburos tales como acetileno y etileno, que se acumulan en pequeñas partículas, de una una fracción de un micrómetro de tamaño. Es la reacción de Plutón a la tenue, pero aún intenso, incluso a esas distancias, tenue abrazo del Sol.
Lo que no se esperaba es que estuviera estratificada en innumerables capas, más y más compleja cuando más y mejor la podemos observar, elevándose por encima de los 220 Kilómetros de altura. Y aún menos que esta brillara en tonos azulados al dispersar la luz solar.
El equipo de New Horizons, que sigue recibiendo nuevas imágenes y datos de la sonda, nos presenta ahora la visión más clara, y por ello más hermosa, de la atmósfera de Plutón, una panorámica construida a partir de cuatro imágenes pancromáticas de la cámara LORRI, al que se han añadido los datos ofrecidos por la cámara CIVM, que aplicó una serie de 4 filtros de color. El conjunto, cuya resolución es de apenas de 1 kilómetro por pixel, es espectacular, a lo que se le añade el efecto de ver recortándose algunas de las altas montañas de Plutón sobre el azulado fondo, lo que le dota de profundidad a la escena. Un mundo lejano, un mundo extraño y sorprendente, un mundo sumergido en un tenue resplandor azul. Un sueño convertido en realidad para todos los que soñamos un día con poder visitarlo.
Soñando con mundos azules y altas montañas.
Pluto’s Haze in Bands of Blue
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