Los rayos x, situados en la parte más energética del espectro electromagnético, son un recurso en extremo valioso para la medicina moderna, permitiendo observar en interior del cuerpo humano, desvelando detalles de otra forma ocultos a la vista, gracias a su capacidad de atravesar los cuerpos sólidos, y estos de absorberlos en mayor o menor medida según su composición. Son una ventana a nuestro mundo interior. Y en el mundo de la astronomía moderna, aunque esta es una faceta mucho menos conocida por el gran público, también lo son hacia lo más íntimo y oculto del Universo.
NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescope Array) es un observatorio orbital centrado en las emisiones de rayos x de alta energía, aquellos ligados a los fenómenos más potentes y destructivos del Universo conocido, pero que paradójicamente permanecen ocultos a nuestra vista, ya que su misma energía los hace brillar más allá de lo que nuestros ojos pueden captar. Como sus equivalentes en los hospitales, NuSTAR explora "el interior" del Universo que nos rodea, sacando a la luz aquello que ocurre más allá de nuestra percepción. O en este caso, los secretos que se esconden en el interior de Andrómeda.
También conocida como M31, se puede considerar como la hermana mayor de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Ambas son espiral, aunque Andrómeda es ligeramente más grande, y situada a 2,5 millones de años-luz de distancia, muy cerca de nosotros a escala cósmica, y la única, si dejamos de lado las pequeñas satélites de la Vía Láctea, visible a simple vista. Semejanza y proximidad la convierten, por tanto, en un objetivo de estudio ideal a la hora de comprender mejor nuestra propia galaxia, y el papel que en ella tienen una de las combinaciones estelares más explosivas que se conocen: Las binarias de rayos x.
Bajo este apelativo se conocen las parejas de estrellas, en que una, cuya masa era mucho mayor de la del Sol, es ya un "cadáver", es decir, explotó como supernova y dejó tras ella una estrella de Neutrones o un Agujero Negro. Este "resto", dotado de un campo gravitatorio de fuerza inimaginable, atrae hacia si, como si quisiera robar la vida de su compañera, material de esta, que a medida que se precipita hacia su fatal destino se calienta a temperaturas extraordinariamente altas, liberando una gran cantidad de rayos X. Un fenómeno espectacular por si mismo, pero que muchos astrónomos, son una pieza clava para entender el proceso que llevó al nacimiento y evolución de las primeras galaxias, ya que estos objetos energéticos pudieron jugar un papel crítico a la hora de calentar el océano de gas intergaláctico donde se formaron.
Y NuSTAR no decepciona en este aspecto. Levantado el velo de esta galaxia, nos desvela lo que se esconde detrás de la luz, numerosos fuentes de rayos x, la mayoría de las cuales parecen procedes de este tipo de binarias, unas 40, estrellas abrazadas a un destino incluso más allá de la muerte de una de ellas, que permanece al lado de su compañera, intentando arrastrarla también hacia el olvido. El resplandor resultante de esta lucha es la que vemos reflejada en esta visión extraña, pero al mismo tiempo reveladora, de los secretos de Andrómeda.
Las observaciones de NuSTAR, posteriormente superpuestas a otra tomada en Ultravioleta.
Visión artística de una binaria de rayos x. Una de ellas explotó y se convirtió en un agujero negro, atrayendo material de su compañera, que al acelerarse y calentarse, brilla en esta parte del espectro.
NuSTAR no es el único que estudia en Universo en rayos x, pero si el que cubre la parte más energética de su espectro, complementando así a Chandra y XMM-Newton.
Andromeda Galaxy Scanned with High-Energy X-ray Vision
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