Si vives en el hemisferio sur y tienes la oportunidad, busca un lugar donde el cielo sea oscuro y libre de contaminación, y observa la constelación de Telescopium. Ahí, entre todas las estrellas visible a simple vista, se esconde un agujero negro, el más próximo conocido y el primer que podemos situar en un sistema estelar visible sin necesidad de telescopios o prismáticos. En la oscuridad de la noche, sin saberlo, quizás tu mirada se cruzo con otro mucho más profunda.
Se le conoce como sistema HR 6819, y hasta hace poco se creía que era un sistema estelar formado por dos estrellas girando alrededor de un centro de gravedad común. Sin embargo las observaciones con el espectrógrafo FEROS, instalado en el Telescopio MPG/ESO, en La Silla, mostraron una realidad inesperada y desconocida, ya que una de las estrellas orbita en realidad alrededor de un objeto invisible, con un ciclo de unos 40 días terrestres, mientras que la segunda lo hace a una gran distancia del conjunto. Un integrante invisible, con la suficiente masa para regir el comportamiento del sistema.
La respuesta al enigma parece clara, según los astrónomos: "Nos sorprendimos mucho cuando nos dimos cuenta de que se trata del primer sistema estelar con un agujero negro que se puede ver a simple vista", afirma Petr Hadrava, de la Academia de Ciencias de la República Checa, en Praga, y coautor de la investigación. "Un objeto invisible con una masa de, al menos, 4 veces la del Sol, sólo puede ser un agujero negro", concluye Thomas Rivinius, científico de la ESO y que lideró el estudio. Al no interactuar violentamente con el entorno, es virtualmente invisible, pero su presencia se deja notar.
Se conocen solo un par de docenas de agujeros negros en nuestra galaxia, dejando de lado al monstruo que habita en su centro. La existencia de los "silenciosos" como el que habita en HR 6819, sin embargo, puede abrirnos las puertas a una población inmensa hasta ahora desconocida. "Debe haber cientos de millones de agujeros negros por ahí, pero conocemos muy pocos. Saber qué buscar debería facilitarnos la tarea de encontrarlos. Encontrar uno en un sistema triple tan cercano indica que estamos viendo sólo la punta de un emocionante iceberg". Uno oscuro que habita en las tinieblas, oculto por la luz de las estrellas más brillantes, de las que ellos mismos proceden.
Posición del sistema HR 6819 y su agujero negro en la Bóveda Celeste Austral.
Un instrumento de ESO detecta el agujero negro más cercano a la Tierra
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