miércoles, enero 08, 2020

La primera gran presa del pequeño cazador

TESS descubre su primera "Tierra".

Hablar de "mundos en la zona habitable" siempre genera expectación, especialmente cuando los medios lo venden como más de lo que es en realidad, aunque sigue siendo mucho. No, no es que sean lugares llenos de vida como la Tierra, ya que la habitabilidad depende de muchos factores, y no menos importante, de haber tenido una considerable fortuna de que ninguno de los eventos potencialmente letales, como impactos de grandes asteroides, vulcanismo global o una actividad desenfrenada de su estrella, les haya hecho descarrilar, como quizás le ocurrió a Venus y Marte. Significa que esta a una distancia de su Sol dentro de la cual las opciones son más elevada. Y eso, aunque no de grandes titulares, significa mucho.

TESS, el nuevo cazador de explanetas, que tomó el testigo de Kepler en el rastreo del espacio profundo, sigue cumpliendo y superado todo lo que se esperaba de el, y entre sus últimos trofeos se encuentra TOI 700 d, su primera "Tierra". O para ser más exactos, el primer mundo rocoso de tamaño parecido al nuestro y dentro de la zona habitable de su estrella, mucho menor y menos brillante que nuestro Sol. El primer gran trofeo de esta misión, pero esperemos que no el último

El añadido "d" implica que es el tercero del sistema (siendo "a" la propia estrella). El planeta más interno, TOI 700 b, es casi exactamente del tamaño de la Tierra, probablemente rocoso y completa una órbita cada 10 días. El central, TOI 700 c, es 2.6 veces más grande que el nuestro, orbita cada 16 días y es probable que sea un mundo gaseoso. TOI 700 d, el protagonista de esta historia, el planeta más externo conocido en el sistema y el único en su zona habitable, mide un 20% más que la Tierra, orbita cada 37 días y recibe el 86% de la energía que el Sol nos proporciona. Se cree que todos los planetas están bloqueados por mareas gravitatorias, lo que significa que giran una vez por órbita,, como hace nuestra Luna, y que un hemisferio esta constantemente bañado por la luz del día mientras que otro esta sumido en un día eterno.

Como siempre, y nunca se tiene que olvidar, se basan de suposiciones a partir de los datos disponibles, que básicamente se reducen a las fluctuaciones que estos mundos crean en la luz de su estrella cuando pasan entre ella y nosotros. Son los llamados tránsitos y es la base principal en la caza de otros mundos, al menos actualmente. Por ello siempre existe un amplio grado de incertidumbre, y las detecciones se consideran primero "candidatos" antes de pasar, algunos de ellos, al grado de "confirmados". TOI 700 d, cuyos tránsitos se comportan exactamente como esperaríamos de un explaneta, y que además está reforzado por los datos del telescopio espacial Spitzer, parece estar en esta segunda y definitiva categoría.

¿Es TOI 700 d un mundo habitable para la vida tal y como lo conocemos? Es una respuesta imposible de dar a día de hoy, pues sigue siendo un objeto invisible del que solo vemos la sombra que crea. Se han generado numerosos modelos posibles, pero son eso, modelos teóricos. Quizás pronto, con la llegada del tan esperado James Webb, podamos capar su luz reflejada, y con ella analizar su espectro, en busca de indicios de su composición química y, quién sabe, de huellas biológicas. Solo que existan opciones, por pequeñas que sean, de que sea posible, hace que cada uno de estos hallazgos valgan su precio en Oro. Aunque no de grandes titulares.

La familia planetaria de la pequeña estrella TOI 700, una enana roja. El que lleva la denominación d se encuentra en su zona habitable, aunque sea por poco, a diferencia de sus hermanos.

TESS utiliza la técnica del tránsito, que mide las variaciones de brillo de una estrella causadas por el paso de un planeta entre ella y nosotros. A partir del grado de disminución del brillo estelar y los tiempos marcados, se pueden extraer datos como la órbita o el tamaño.

La primera "Tierra" de TESS.

NASA Planet Hunter Finds Earth-Size Habitable-Zone World

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