viernes, octubre 18, 2019

Mensajes del pasado

Identificando tormentas solares en registros asirios.

La Humanidad lleva mirando al firmamento desde los albores mismos de su existencia, registrando con un temor reverencial lo que se consideraba el reino de los dioses, buscando por tanto en ellos señales que les permitiera adivinar el futuro que estos les reservaban. Es por eso que durante siglos, quizás milenos, conceptos como astronomía y astrología fueron uno solo, ya que toda observación y registro de eventos astronómicos, desde cometas hasta meteoritos y conjunciones planetarias, tenía como intención última "leer" lo que el destino nos reservaba.

Eso ofrece a los astrónomos modernos una ventana a hechos pasados, antiguas observaciones astronómicas que pueden, junto con otras evidencias, sacar a la luz eventos de gran magnitud. Una de esas fuentes de la antigüedad son los registros cuneiformes asirios, notables es su detalle, y algunos de los cuales, obra de estos "observadores" del cielo y que registraban eventos celestas para después informar de ello a su monarca, fragmentos de los cuales han llegado hasta nosotros. Y de algunos ellos, datadas de hace unos 2700 años, un estudio liderado por la Universidad de Fukuba  han descubierto lo que parecen descripciones de tormentas solares.

Evidentemente los asirios ni sabían lo que eran ni podían verlas directamente, pero si describieron, en las tres tabletas cuneiformes estudiadas, eventos que parecen relacionarse con la llegada de una tormenta solar. Más concretamente en una de ellas se habla de que "el rojo cubre el cielo" y en otra de "nubes rojas", probablemente manifestaciones de lo que hoy llamamos arcos rojos aurorales estables, consistentes en luz emitida por electrones en átomos de oxígeno atmosférico después de ser excitados por intensos campos magnéticos. Puede resultarnos extraño tan al sur, pero una eyección de masa solar que golpe la Tierra de pleno puede hacerlas aparecer as latitudes bajas. Además, debido a los cambios en el campo magnético terrestre a lo largo del tiempo, el Medio Oriente estuvo más cerca del polo geomagnético durante este período de la historia.

La investigación combinó estas referencias, con concentraciones de carbono 14 en los anillos de los árboles. Esto redujo el espacio temporal, marcando que debieron tener lugar entre el 679 y el 655 antes de nuestra era. "Aunque no se conocen las fechas exactas, pudimos reducir el rango considerablemente al saber cuándo cada astrólogo estuvo activo", explica el autor principal Yasuyuki Mitsuma. Según las muestras de anillos de árboles, durante este tiempo hubo un aumento rápido del carbono 14 radioactivo en el medio ambiente, lo que se asocia con una mayor actividad solar."Estos hallazgos nos permiten recrear la historia de la actividad solar un siglo antes que los registros disponibles anteriormente", explica Mitsuma. "Esta investigación puede ayudar a nuestra capacidad de predecir futuras tormentas magnéticas solares".

Casi 3000 años después, a través de esos antiguos ojos, podemos imaginar esos cielos de antaño, entendido un poco más como nacieron los mitos que un día les dieron un sentido. ahora olvidado.

Copias de dos de las tabillas, donde se mencionan "luz roja" y "nube roja".

Surveying Solar Storms by Ancient Assyrian Astronomers

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