MESSENGER nos adentra en el sorprendente interior de Mercurio.
Hasta tiempos relativamente cercanos era uno de los lugares menos conocidos del Sistema Solar pese a su relativa proximidad, un desconocimiento absoluto apenas compensado por la visita, en la década de los 70, de la sonda Mariner 10...esta situación, pero, está cambiando de forma radical desde la llegada de la MESSENGER, que desde su entrada en órbita alrededor del planeta esta desvelando los secretos de un mundo sumergido en la luz del cercano Sol, aparentemente poco más que una roca abrasada pero en realidad mucho más complejo e interesante de lo que nos podríamos imaginar. Y con elementos que lo convierten en único.
Uno de ellos es sin lugar a dudas su núcleo de Hierro, del que se sabía que debe ser extremadamente grande con respecto al tamaño del propio planeta y que delata que algo le ocurrió durante su juventud.¿Un impacto que le arrancó buena parte de su manto?,¿Algún tipo de actividad solar que lo vaporizó parcialmente? La respuesta sigue siendo desconocida, pero es evidente que Mercurio es un planeta único con una historia diferente a la del resto de sus hermanos terrestres.
Y es precisamente esta extraña faceta de Mercurio el objetivo de un interesante trabajo conjunto entre la MESSENGER y su instrumento MLA (Mercury Laser Altimeter), que permite una medición extremadamente precisa de la orografía del terreno, por un lado, y la Deep Space Network, la red de antenas de la NASA para misiones en el espacio profundo, por otra. La combinación de los datos del primero con el preciso seguimiento de la señal de radio de la sonda por parte del segundo, y que permite registrar pequeñas variaciones en su órbita y delatar así ligeras variaciones en el campo gravitatorio del planeta, han permitido adentrarnos en su estructura interna. Con resultados que demuestra lo especial que es el planeta más pequeño del Sistema Solar.
Y es que, con los datos reunidos y los modelos disponibles, el corazón de Mercurio es gigantesco, con un radio de 2030 Kilómetros, una cifra asombrosa si tenemos en cuenta que el radio total del es de 2440,o lo que es lo mismo, este planeta es básicamente una esfera de Hierro (en parte fundida) que ocupa el 83% del volumen total, rodada de una fina corteza. Realmente curioso.
Pero no termina aquí los enigmas de Mercurio, pues la fina "piel" del planeta también presenta sus propios misterios. Su densidad no encaja en absoluto con la baja cantidad de Hierro que, según el Espectrómetro de Rayos X de la MESSENGER, contiene, lo que representa un auténtico desafió para los científicos planetario...la única explicación posible, según la Dr. Maria Zuber y su equipo, que explique esta discrepancia de otra forma insalvable, es la existencia de una capa de Sulfuro de Hierro que recubre el núcleo, y que, con un grosor estimado entre los 20 y 200 Kilómetros, deja muy poco espacio para la Corteza y el Manto, reducidos a su mínima expresión.
La estructura resultante no tiene equivalente en ningún otro planeta del Sistema Solar, y permite explicar otro hecho extraño. La diferencia entre el punto más elevado y más profundo en la Luna es de 19.9 Kilómetros, mientras que en Marte llega a los 30 y el La Tierra se aproxima a los 20. Sin embargo en Mercurio la cifra es de solo 9,85 Kilómetros. Un Núcleo enorme y parcialmente fundido tan próximo a la superficie explicaría algo así, pues mantendría el Manto caliente y, por tanto, capaz de "suavizarse" con mayor facilidad bajo la gravedad del planeta.
Cualquier elevación excesivamente alta se colapsaría rápidamente bajo su propio peso, incluidas las grandes cuencas de impacto resultante de la colisión con algún asteroide...e incluso, en estos casos, generando un efecto de rebote que crearía una acumulación de materia bajo la superficie. Llamados Mascones y presentes en La Luna y Marte, los datos de MESSENGER confirman, efectivamente, su presencia también en Mercurio, más concretamente en Caloris, Sobkou, y Budh basins.
Finalmente, y ya en la propia superficie, los datos de MESSENGER muestran señales de que el inevitable enfriamiento del Núcleo a lo largo del tiempo y su consecuente contracción está "arrugando" el rostro del Mercurio...como ejemplo está una zona geológicamente joven que se eleva por encima de las tierras bajas que rodean al Polo Norte y donde se sitúa, y que los expertos especulan que es fruto de la contracción de la corteza del planeta.
Una esfera de Hierro rodeada de una fina piel. Así es Mercurio, como vemos lejos de ser una simple roca acribillada de cráteres. Bien al contrario está resultando un mundo extraordinario que justifica de sobras el esfuerzo realizado para poder explorarlo y cuya extraña naturaleza, única en todo el Sistema Solar, nos adentra en un proceso de nacimiento y formación planetaria que se aleja de lo que pensamos que pudo ser el de Venus, Marte y la propia Tierra.
La comparación entre la estructura interna de La Tierra y Mercurio deja bien claro como este último dispone de un Núcleo gigantesco en relación con su tamaño. El porqué de esta diferencia sigue siendo un enigma, y su resolución indispensable para comprender mejor el proceso que llevó a la formación del Sistema Solar.
Un mosaico de Mercurio formado a partir de las imágenes tomadas por la MESSENGER. Recuerda a La Luna, pero dispone de elementos característicos (Núcleo gigantesco,campo magnético propio, señales de vulcanismo...) que le convierten en un mundo único.
Tras la visita de la Mariner 10 Mercurio cayó en el olvido para la exploración planetaria....MESSENGER viene ahora a corregir este error.
Thin Skinned and Wrinkled, Mercury is Full of Surprises
Hasta tiempos relativamente cercanos era uno de los lugares menos conocidos del Sistema Solar pese a su relativa proximidad, un desconocimiento absoluto apenas compensado por la visita, en la década de los 70, de la sonda Mariner 10...esta situación, pero, está cambiando de forma radical desde la llegada de la MESSENGER, que desde su entrada en órbita alrededor del planeta esta desvelando los secretos de un mundo sumergido en la luz del cercano Sol, aparentemente poco más que una roca abrasada pero en realidad mucho más complejo e interesante de lo que nos podríamos imaginar. Y con elementos que lo convierten en único.
Uno de ellos es sin lugar a dudas su núcleo de Hierro, del que se sabía que debe ser extremadamente grande con respecto al tamaño del propio planeta y que delata que algo le ocurrió durante su juventud.¿Un impacto que le arrancó buena parte de su manto?,¿Algún tipo de actividad solar que lo vaporizó parcialmente? La respuesta sigue siendo desconocida, pero es evidente que Mercurio es un planeta único con una historia diferente a la del resto de sus hermanos terrestres.
Y es precisamente esta extraña faceta de Mercurio el objetivo de un interesante trabajo conjunto entre la MESSENGER y su instrumento MLA (Mercury Laser Altimeter), que permite una medición extremadamente precisa de la orografía del terreno, por un lado, y la Deep Space Network, la red de antenas de la NASA para misiones en el espacio profundo, por otra. La combinación de los datos del primero con el preciso seguimiento de la señal de radio de la sonda por parte del segundo, y que permite registrar pequeñas variaciones en su órbita y delatar así ligeras variaciones en el campo gravitatorio del planeta, han permitido adentrarnos en su estructura interna. Con resultados que demuestra lo especial que es el planeta más pequeño del Sistema Solar.
Y es que, con los datos reunidos y los modelos disponibles, el corazón de Mercurio es gigantesco, con un radio de 2030 Kilómetros, una cifra asombrosa si tenemos en cuenta que el radio total del es de 2440,o lo que es lo mismo, este planeta es básicamente una esfera de Hierro (en parte fundida) que ocupa el 83% del volumen total, rodada de una fina corteza. Realmente curioso.
Pero no termina aquí los enigmas de Mercurio, pues la fina "piel" del planeta también presenta sus propios misterios. Su densidad no encaja en absoluto con la baja cantidad de Hierro que, según el Espectrómetro de Rayos X de la MESSENGER, contiene, lo que representa un auténtico desafió para los científicos planetario...la única explicación posible, según la Dr. Maria Zuber y su equipo, que explique esta discrepancia de otra forma insalvable, es la existencia de una capa de Sulfuro de Hierro que recubre el núcleo, y que, con un grosor estimado entre los 20 y 200 Kilómetros, deja muy poco espacio para la Corteza y el Manto, reducidos a su mínima expresión.
La estructura resultante no tiene equivalente en ningún otro planeta del Sistema Solar, y permite explicar otro hecho extraño. La diferencia entre el punto más elevado y más profundo en la Luna es de 19.9 Kilómetros, mientras que en Marte llega a los 30 y el La Tierra se aproxima a los 20. Sin embargo en Mercurio la cifra es de solo 9,85 Kilómetros. Un Núcleo enorme y parcialmente fundido tan próximo a la superficie explicaría algo así, pues mantendría el Manto caliente y, por tanto, capaz de "suavizarse" con mayor facilidad bajo la gravedad del planeta.
Cualquier elevación excesivamente alta se colapsaría rápidamente bajo su propio peso, incluidas las grandes cuencas de impacto resultante de la colisión con algún asteroide...e incluso, en estos casos, generando un efecto de rebote que crearía una acumulación de materia bajo la superficie. Llamados Mascones y presentes en La Luna y Marte, los datos de MESSENGER confirman, efectivamente, su presencia también en Mercurio, más concretamente en Caloris, Sobkou, y Budh basins.
Finalmente, y ya en la propia superficie, los datos de MESSENGER muestran señales de que el inevitable enfriamiento del Núcleo a lo largo del tiempo y su consecuente contracción está "arrugando" el rostro del Mercurio...como ejemplo está una zona geológicamente joven que se eleva por encima de las tierras bajas que rodean al Polo Norte y donde se sitúa, y que los expertos especulan que es fruto de la contracción de la corteza del planeta.
Una esfera de Hierro rodeada de una fina piel. Así es Mercurio, como vemos lejos de ser una simple roca acribillada de cráteres. Bien al contrario está resultando un mundo extraordinario que justifica de sobras el esfuerzo realizado para poder explorarlo y cuya extraña naturaleza, única en todo el Sistema Solar, nos adentra en un proceso de nacimiento y formación planetaria que se aleja de lo que pensamos que pudo ser el de Venus, Marte y la propia Tierra.
La comparación entre la estructura interna de La Tierra y Mercurio deja bien claro como este último dispone de un Núcleo gigantesco en relación con su tamaño. El porqué de esta diferencia sigue siendo un enigma, y su resolución indispensable para comprender mejor el proceso que llevó a la formación del Sistema Solar.
Un mosaico de Mercurio formado a partir de las imágenes tomadas por la MESSENGER. Recuerda a La Luna, pero dispone de elementos característicos (Núcleo gigantesco,campo magnético propio, señales de vulcanismo...) que le convierten en un mundo único.
Tras la visita de la Mariner 10 Mercurio cayó en el olvido para la exploración planetaria....MESSENGER viene ahora a corregir este error.
Thin Skinned and Wrinkled, Mercury is Full of Surprises
3 comentarios:
Entonces, si el planeta es en su mayor parte un núcleo de hierro fundido, no debería tener un campo magnético proporcionalmente mayor que el de la Tierra?
No, porqué le falta algo que la Tierra si tiene...una rápida rotación, el otro elemento de la equicación.
Eso produce un efecto Dinámo que genera las corrientes eléctricas necesarias para generar un campo magnético en nuestro planeta, pero en mercurio, cuya rotación es mucho más lenta, esto dificilmente se produce a pesar de disponer de un nucleo parcialmente fundido de tal tamaño...
De hecho es incluso un poco sorprendente que tenga un campo magnetico, aunque sea mucho más debil que el terrestre,
Gracias por la explicación!
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