Juno es una sonda que vive en el limbo entre el éxito y el fracaso. Sin haber podido aún entrar en su órbita científica definitiva, debido a las dudas que existen sobre las válvulas de combustible de su sistema de impulsión, el resultado aún pende de un hilo. Si finalmente se da luz verde a una nueva y definitiva maniobra de ajuste orbital, que implica un largo encendido de su motor para frenar lo suficiente, y esta se completa con éxito, se podrán aún cumplir sus planes, aunque quizás con un calendario más limitado. Si no ocurre, las sombras del fracaso rodearan invariablemente la valoración final de esta misión.
Pero incluso en el peor de los casos podemos estar seguro que nos dejará un espléndido legado. Especialmente por parte de JunoCam, un instrumento secundario para la misión, pero que al estar orientado hacia el gran público, dejando que sea este el que elija los objetivos para observar, podemos estar seguros que no nos decepcionará, al menos en tiempo que siga en activo. El duro ambiente de radiación joviana pasa factura, y a diferencia de los instrumentos principales, no dispone de una protección tan reforzada, por lo que su carrera contra el tiempo es incluso más frenética. Pero vale la pena cuando nos ofrece maravillas como esta.
Juno tomó esta foto de las latitudes septentrionales de Júpiter el 11 de diciembre de 2016, cuando la sonda sobrevoló el planeta, pasando a solo 16.600 kilómetros por encima de las nubes de Júpiter. Esta impresionante vista, que permitió captar con un esplendor sobrecogedor la turbulenta atmósfera joviana, también capturó de forma fortuita a NN-LRS-1, conocida como la Pequeña Mancha Roja (abajo a la izquierda). Es el tercer óvalo rojizo más grande del planeta, que los observadores terrestres han rastreado durante los últimos 23 años, y que como sus hermanos se trata, aunque en ocasiones se la denomina tormenta, de un colosal sistema anticiclónico, un vórtice donde los vientos circulación alrededor de una región central de altas presiones.
No es una gran cámara, y dista mucho de ser la que se pondría en una sonda si se tuviera realmente la intención de tomar imágenes de su objetivo. Pero Juno tiene metas diferentes. Pese a ello la cercanía a las capas nubosas de Júpiter, aunque sea durante momentos fugaces, unido al carácter "democrático" al que esta sujeta, precisamente gracias a que esta libre del duro programa de captación de datos científicos que rigen a sus hermanos mayores, hace que JunoCam algo muy especial. Estas imágenes son un testigo de ello. Solo tener la oportunidad de ver cosas como esta ya justifican el viaje de Juno, sea cual sea su destino final.
Otra de las maravillosas panorámicas captada por JunoCam el 16 de Diciembre de 2016. En ella resalta la séptima de las ocho "cadena de perlas" jovianas, masivas tormentas que aparecen como óvalos blancos en el hemisferio sur. Desde 1986, estos han variado en número de seis a nueve. Actualmente hay ocho visibles.
Juno’s Close Look at a Little Red Spot
2 comentarios:
Hola Tokaidin. Que piensas de la elección de Trump y como influenciará el programa espacial de los EE UU? Yo personalmente pienso que no va hacerlo peor que el recortador de presupuestos de Obama, y que incluso no sería descabellado pensar en algún anuncio espectacular por parte de la administración para subirle la moral al país y cumplir con las pautas de que el magnate todo lo hace a lo grande... Viaje a Marte quizás? Ahí lo dejo. Saludos
Ciertamente, en lo que al tema de la exploración interplanetaria se refiere, tengo esperanzas en que la administración Trump podría hasta ser positiva en comparación a lo que dejamos atrás, aunque posiblemente por las ganas de cargarse el programa de ciencias de la Tierra, desviando ese presupuesto "lejos" más que por interés real en nada de esto.
Pero Trump es imprevisible, y la gente que lo rodea una muy mala influencia. Habrá que estar a la expectativa y ver que ocurre finalmente.
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