La sonda japonesa capta una misteriosa onda completamente estacionaria dentro de la atmósfera de Venus.
Parece que fue ayer cuando esta sonda japonesa lograba lo imposible, y después de fallar en su primer intento de inserción orbital lograba, en segunda instancia y con 5 años de retraso, su propósito. Fue un éxito espectacular para la JAXA, pero también para la comunidad astronómica mundial, ya que con el final de la Venus Express el planeta parecía destinado a caer de nuevo en el olvido, al menos en lo que respecta a su exploración directa. La llegada de Akatuski permitió cubrir ese vacío, y que hoy día sigamos teniendo presencia directa en ese mundo hostil y lleno de misterio. Teniendo en cuanta que, al menos de momento, no existen planes confirmados para nuevas misiones, es todo lo que nos queda. Esperemos que permanezca en activo muchos años.
Y apenas había entrado en órbita y realizado sus primera observaciones científicas, Venus pareció querer recompensar su hazaña de una forma realmente espectacular a la vez que misteriosa. Lo que cualquier amante de la exploración quiere encontrarse cuando pone sus ojos en otro planeta. Y realmente lo visto por Akatuski se hizo merecedor de todos y cada uno de estos apelativos: Una onda atmosférica gigantesca, que se extendía a lo largo de 10.000 kilómetros a través de la cima de las nubes del planeta, con una temperatura superior a lo que la rodeaba, y lo que es aún más extraño, completamente estacionaria a pesar de que los vientos a esas altura alcanzan los 350 Kilómetros/Hora.
Aparentemente "clavada" en el rostro de planeta, sobre una región montañosa, la gigantesca onda se mantuvo durante varios días y después se desvaneció tan misteriosamente como había aparecido. Desde entonces Akatsuki sigue adelante con su campaña, mientras su equipo en tierra espera que algún día esta extraña estructura reaparezca y poder estudiarla con más detalle. De momento solo se pueden trabajar sobre hipótesis, y la que manejan actualmente es que podría ser "el resultado de una onda gravitatoria que se habría generado en la atmósfera inferior a medida que se eleva por encima de la topografía montañosa". Sin embargo esta explicación se enfrenta con varios "peros" notables, el principal de los cuales es que sin quedar claro como las ondas provocadas por las montañas se puedan propagar hacia la cima de las nubes de Venus. Si así fuera implicaría que entran en juego dinámicas atmosféricas mucho más complejas de lo que podríamos haber imaginado. Además, que causo entonces su posterior desaparición?
Solo podemos estar seguros de una cosa, y es que somos afortunados de que Akatsuki lo lograra pese a tenerlo todo en contra. Venus es un mundo del tamaño de la Tierra lleno de interrogantes y sorpresas, apasionante tanto por lo que es como por lo que pudo ser en el pasado. Ojala un día reciba de nuevo la atención que se merece. De momento tenemos a esta sonda japonesa, una superviviente ante la adversidad. Pero no siempre estará ahí.
Temperatura y radiación de las capas altas de las nubes de Venus. En esas primeras se observa claramente la gigantesca onda atmosférica.
Secuencia de temperaturas de la atmósfera venusiana, aplicada sobre un mapa topográfico de Venus. Se observa como la onda parece anclada a una de las formaciones montañosas del planeta.
Una misteriosa onda gigante detenida en la atmósfera de Venus
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