La búsqueda de este hipotético planeta saca a la luz nuevos pequeños mundos más allá de Neptuno.
La historia es ya conocida, pero básicamente se resume así: En 2014, Scott Sheppard, de la Institución Carnegie para la Ciencia y Chadwick Trujillo, de la Universidad del Norte de Arizona, propusieron la existencia de un objeto masivo más allá de Neptuno, a partir de las similitudes en las órbitas de algunos objetos distantes Trans-Neptuno (TNO), y que no podían explicarse solo por simple azar. Algo, lo que fuera, afectaba sus órbitas. Una idea a la que se sumaron, los dos años siguientes, gente Konstantin Batygin y Michael E. Brown, del Caltech. En conclusión, que el Sistema Solar tenía, o podía tener, un 9º planeta aún no descubierto, mucho más masivo que la Tierra y mucho más lejos del Sol que el gigante azulado.
Un mundo teórico, con una existencia deducida de forma indirecta, pero con argumentos aparentemente sólidos como que, desde entonces y hasta hoy, se siga haciendo un rastreo del espacio profundo en su búsqueda, intentando limitar, mediante cálculos las posibles zonas donde podría localizarse. Entre ellos, como no podía ser de otra forma, Sheppard y Trujillo. Estos, mediante los datos observacionales reunidos por el telescopio Subaru y Victor Blanco, y con la ayuda de David Tholen, de la Universidad de Hawai, han estado llevando a cabo la mayor exploración del espacio profundo realizada hasta la fecha. Y con resultados prometedores.
Aunque el objetivo final sería encontrar al planeta 9, en este caso su búsqueda se centró más en localizar nuevos TNO que presentasen la mismas características orbitales, extrañamente parecidas, que llevaron a deducir la posible existencia de dicho planeta, como explica Sheppard ."Los objetos que se encuentran más allá de Neptuno son la clave para desbloquear el origen y evolución de nuestro sistema solar. Aunque creemos que hay miles de estos pequeños objetos, no hemos encontrado muchos de ellos todavía, porque están muy lejos. Los objetos más pequeños nos pueden llevar al planeta mucho más grande que pensamos que existe ahí fuera. Cuanto más descubramos, mejor seremos capaces de entender lo que está pasando en el sistema solar exterior".
Un trabajo sistemático y paciente que está dando como resultado todo una serie de nuevos mundos, ya incluidos en el International Astronomical Union’s (IAU) Minor Planet Center. Entre ellos destacan 2014 SR349, que tiene características orbitales similares a los de aquellos descubiertos previamente y que llevaron a la hipótesis del 9º planeta, o FE72 2014, un objeto con una órbita tal elíptica y lejana (3000 UA del Sol en su punto más lejano) que sólo puede explicarse por la influencia de una fuerza gravitacional más allá de nuestro Sistema Solar. Y luego está FT28 2013, similar, pero también diferente. Por ejemplo, se asemeja a ellos en su semieje mayor, excentricidad, inclinación, y ángulo del perihelio, pero es diferente cuando se trata de la longitud de este último.
Queda un largo camino, ya que en conjunto solo el 10% de la Bóveda Celeste ha sido explorado a fondo por los astrónomos, pero suficiente para sacar a la luz, a medida que mejoran nuestros telescopios, más objetos distantes con parámetros orbitales inexplicables, que parecen encajar con la idea de un lejano planeta masivo que podría tener un papel clave en la mecánica del sistema solar exterior. Sin embargo, como se ha indicado Sheppard, en realidad no hay evidencia suficiente todavía para sacar conclusiones."En este momento, dado que trabajamos con unos pocos objetos, no entendemos muy bien lo que está sucediendo en el sistema solar exterior. Deberíamos encontrar un mayor número de objetos para determinar por completo su estructura".
En realidad estamos lejos de saber si el 9º planeta existe realmente, ya que ahora mismo solo es la X de la ecuación que permite explicar lo observado. Probablemente pasarán muchos más años antes de que tengamos una confirmación. Pero mirando a estos pequeños objetos visibles, que parecen esconder en sus parámetros orbitales pistas sobre el, estamos consiguiendo poco a poco aproximándonos, como si de un trabajo de detectives se tratara. Si finalmente lo descubrimos, será en buena parte gracias a estos pequeños mundos exteriores, estos "hijos del 9º" que delataron a su oscuro progenitor.
Algo ocurre en el Sistema Solar más lejano, con pequeños mundos con parámetros orbitales extraños.
La existencia de un 9º planeta es ahora la explicación más sólida a tal situación, aunque no necesariamente cierta. La búsqueda continúa.
Planet 9 Search Turning Up Wealth Of New Objects
No hay comentarios:
Publicar un comentario