martes, septiembre 06, 2016

Gracias por todo, pequeña Philae

Rosetta localiza finalmente a su perdida compañera de viaje.

Estamos a pocas semanas del final de esta extraordinaria misión, del momento en que la sonda, lentamente, descenderá hacia la superficie en su último y definitivo viaje, hasta queda depositada sobre ella, quizás intacta, ya que la "colisión" sera extremadamente lenta dada la baja gravedad del cometa, y destinada a permanecer como un recordatorio de que un día allí estuvimos. Los preparativos ya se están ultimando, pero para todo el equipo en tierra quedaba aún una cuenta pendiente, encontrar al pequeño módulo de aterrizaje Philae.

Su historia es ya conocida: Después tocar la superficie de la zona conocida como Agilkia, el fallo en el sistema de anclaje la hizo rebotar donde rebotó ,y continuó volando otras dos horas, antes de acabar en un lugar denominado posteriormente Abydos, en el lóbulo inferior del cometa. Al cabo de tres días de intensa actividad científica, en que se cubrieron el 80% de los objetivos, la batería principal se agotó y el módulo de aterrizaje pasó al estado de hibernación, del que volvió a salir para comunicarse brevemente con Rosetta en junio y julio de 2015, cuando el comenta se acercó al Sol y la batería volvió a recibir alimentación. Y después el silencio definitivo.

Desde ese día el equipo Rosetta no abandonó los intentos de restablecer el contacto y de intentar localizarla mediante las imágenes de la macara OSIRIS. Lo primero nunca ocurrió, posiblemente a causa de la orientación del módulo y del fallo de sus transmisores, uno de los cuales quedó fuera de servicio y el otros solo funcionaba de forma intermitente. Y lo segundo casi se daba ya también por perdido, dado la cercanía del final. Pero el 2 de Septiembre, cuando se situó a solo 2,7 km de la superficie, finalmente la encontramos. Intacta, aunque tumbada sobre uno de sus costados, resplandeciente sobre su gris entorno, como si el tiempo no hubiera pasado para ella. Hermosa es su despedida.

Un golpe de suerte, pero una suerte buscada con determinación, como reconoce Patrick Martin, responsable de la misión Rosetta de la ESA: "Este notable descubrimiento es el resultado de unos trabajos de búsqueda prolongados y meticulosos. Empezábamos a pensar que habíamos perdido a Philae para siempre. Es increíble que hayamos conseguido capturar estas imágenes en el último momento". Matt Taylor, científico del proyecto, añade: "Esta fantástica noticia implica que, ahora que sabemos dónde se encuentra el punto de aterrizaje, finalmente contamos con la información fidedigna que nos faltaba para poner en contexto los tres días de datos científicos de Philae". "Con la búsqueda del módulo finalizada, podemos centrarnos en el aterrizaje de Rosetta y ya estamos deseando obtener imágenes aún más precisas del lugar del impacto", admite Holger Sierks, investigador principal de la cámara OSIRIS.

Es la última página que quedaba por escribir, el epílogo que todos queríamos para una misión tan extraordinaria, para una exploradora a la que la suerte no acompañó en su viaje, pero que aún así fue capaz de cumplir lo que de ella se esperaba, y hacernos soñar, aunque solo fueran durante 3 días, con poner el pie sobre un cometa. Pudo haber sido mucho más, pero perfectamente podría haberse quedado en nada, y solo por eso hay que valorar lo que representó para todos nosotros. Y ahora, finalmente, somos capaces de dedicarle la despedida que se merece.

Es su última imágen, la última vez que podemos verla antes de la eternidad que se abre ya ante ella. Ahora si, gracias por todo, pequeña Philae. Y hasta siempre.

La imagen original de OSIRIS donde de descubrió a Philae. Esta se encuentra en el borde derecho, casi en el centro.

Philae, inclinada sobre la pendiente donde terminó su viaje, con una de sus patas apuntando al exterior. Esta complicada postura explica en parte los problemas de comunicación y que la pala de recogida de muestras no alcanzara la superficie, aunque afortunadamente algunas partículas de material, levantadas durante el primer rebote, terminaron en  el interior de su analizador, permitiendo determinar su composición.

Las pocas imágenes que nos envió Philae permitió hacernos una idea de su posición. Ahora, con las imágenes de Rosetta, tenemos una visión en conjunto mucho más amplia.

"¡Te encontré, vieja amiga!. Pronto me reuniré contigo para afrontar juntos nuestro viaje hacia la eternidad".

!Philae ha aparecido!

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