Dawn avanza hacia su encuentro con Ceres manteniendo las comunicaciones al mínimo.
A principios de Septiembre de 2012 una de las mayores misiones de descubrimiento de la historia de la carrera espacial llegaba a su fin, dejando trás de si un cuerpo celeste que, a lo largo de los 14 meses, paso de ser poco más que un círculo borroso a través de los telescopios terrestres a un mundo por derecho propio, de un asteroide a un protoplaneta, fiel testimonio de los caóticos orígenes del Sistema Solar. 31.000 imágenes de alta calidad y un gran caudal de datos han convertido al desconocido y lejano Vesta en un lugar mucho más cercano y familiar, como esperemos que ocurra apróximamente con Plutón y Ceres.
Y hacia este último objetivo se dirige ahora Dawn, la primera sonda enviada al cinturón de asteroides para estudiarlo en profundidad, específicamente a los 2 más importantes, Vesta, el segundo más masivo y el tercero en tamaño, y Ceres, el mayor de todos ellos, tanto que ahora está clasificado como planeta enano, la misma categoría que Plutón. Y con la primera mitad de su misión completada, en Septiembre, impulsado por su motor iónico, rompió los lazos gravitatorios que le habían mantenido en órbita, iniciando su largo camino hacia Ceres, al que llegará a principios de 2015.
Un largo camino por delante que Dawn está realizando ahora bajo el sistema del "quiet cruise" (crucero tranquilo), que implica la reducción al mínimo de las comunicaciones entre la sonda y La Tierra, entrando en contacto con nosotros solo una vez cada 4 semanas. Un auténtico viaje en el silencio con el objetivo de ahorrar la preciada Hidrazina, el combustible para sus impulsores de posición, que le permiten ajustar la orientación del vehículo en cada momento, ya que para llamar a casa la sonda debe detener su motor iónico y reajustar su orientación de modo que pueda transmitir con la antena principal, que le permite enviar y recibir gran cantidad de datos. Maniobra que representaría realizar diversos encendidos de los impulsores, con el evidente gasto de dicha Hidrazina, que tendrá un mejor uso cuando llegue a Ceres.
Aunque cuenta con 4 ruedas de reacción, que le permite realizar mucha de estas maniobras sin necesidad de estos encendidos, en 2010 se detectó un exceso de fricción en una de ellas, por lo que se decidió conservar las 3 restantes para su aproximación tanto a Vesta como a Ceres, manteniéndolas apagadas el resto del tiempo. Todo esto decidió a los técnicos de la misión poner a la Dawn en este estado de silencio...aunque no total, ya que, mediante sus tres antenas auxiliares, la sonda envía una débil señal 2 veces por semana, con la información justa para saber que se encuentra en buen estado.
Esto no significa que los técnicos de la misión tengan menos trabajo de la habitual, ya
deben preparar todos los comandos necesarios para que la Dawn pueda seguir su viaje y asegurar su salud...en 3 semanas deben analizar todos los datos recibidos, hacer los cálculos necesarios y antes de enviarlos hacer comprobaciones dobles y triples para asegurar que son correctas antes de enviarlas a la sonda cuando esta se pone en contacto con La Tierra. Una comando equivocado podría tener consecuencias fatales, como pudimos tristemente comprobar con la Mars Global Surveyor. Toda precaución es poca.
De esta forma, moviéndose en una de las zonas más desconocidos del Sistema Solar, impulsada por la tenue luz de su motor iónico, Dawn se dirige hacia su meta final...un viajero silencioso listo para despertar cuando el mayor de todos estos pequeños mundos, Ceres, empiece a crecer ante sus ojos.
La Dawn ya preparada para ser integrada en el cohete lanzador. En primer término, cubierta por un protector, la antena principal, con la que realiza las comunicaciones principales entre la sonda y La Tierra, tanto el envio de datos científicos como la recepción de nuevos comandos.
El inicio del gran viaje, uno que ahora realiza en silencio, a la espera de la llegada a su 2º y definitivo objetivo, Ceres.
La posición de Dawn el pasado 31 de Marzo de 2013.
A la derecha tanto Ceres como Vesta en las mejores imágenes tomadas desde La Tierra por el Hubble. A la izquierda una panorámica de este último a través de las cámaras de Dawn, toda una promesa de cara al futuro.
Dawn journal: Staying warm en route to Ceres
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