jueves, abril 18, 2013

Corazón radioactivo

Estados Unidos reinicia la fabricación de Plutonio-238 para futuras sondas espaciales.

Puede parecer paradójico tratándose de la primera potencia nuclear del planeta, pero lo cierto es que en los últimos 25 años no se había vuelto a fabricar este elemento, hasta el punto de que la NASA debía administrar con mucho cuidado unas reservas siempre decrecientes y depender del que comparaba a Rusia, una fuente que se secó en Abril de 2010 cuando esta país decidió dejar de fabricarlo. Desde entonces la Agencia Norteamericana estuvo presionando al gobierno federal de reiniciar su fabricación ante la posibilidad que el futuro a medio y largo plazo de la exploración interplanetaria, en especial hacia el exterior del Sistema Solar, pudiera estar en peligro.

Un esfuerzo que finalmente tiene ahora sus frutos, y es que, por primera vez en 25 años, los Estados Unidos fabrica de nuevo Plutonio-238, el isotopo radiactivo que se utiliza para alimentar a los RTG (generadores de radioisótopos) de algunas de sus misiones exploradores, como es el caso de Curiosity, las Voyager, Cassini y muchas más, una noticia que, a pesar de los lógicos recelos que produce todo lo relacionado con la energía nuclear, representa todo un respiro para la NASA, cuyas reservas actuales le habrían permitido afrontar como mucho 1 o 2 nuevas sondas. Junto con la futura llegada de los RTG tipo Stirling, capaces de producir lo mismo que los actuales con solo 1/4 del combustible nuclear, se espera que en 2016 se tengan ya listos los dos primeros para ser utilizados cuando se crea necesario.

Las escasas reservas de Plutonio-238 han tenido un notable impacto en los últimos años. Por un lado JUNO se diseñó con unos gigantescos paneles solares capaces de producir energía en la órbita de Júpiter para evitar gastar el preciado combustible en una misión de duración limitada, y por otro, y esto ya resulta más triste, tuvo un peso importante en la decisión de descartar la sonda TiME a Titán, que debería haberse convertido en el primer "barco" en otro mundo y navegar en los océanos de esta luna. Otras propuestas quedaron igualmente descartadas por este mismo motivo y Curiosity, la última gran misión "nuclear" de la NASA, se alimenta de Plutonio de origen ruso.

Aunque los RTG (así como los RHU, diseñados para calentar zonas críticas de una sonda y de los que incluso un vehículo solar como Opportunity depende) se basan en un material muy radioactivo, resultan extremadamente seguros al estar pensados específicamente para afrontar situaciones catastróficas e impedir cualquier fuga. Así, el Plutonio-238 se encuentra en forma Dióxido de Plutonio, repartidos en pequeñas esferas de unos 150 gramos y rodeadas por una cápsula de iridio con el fin de evitar que el isotopo pueda verterse al medio ambiente por culpa de un accidente, mientras que su diseño estructurar esta pensado para que puedan sobrevivir intactas incluso en los peores casos imaginables, como han demostrado en accidentes como el del satélite Nimbus B-1, destruido en su lanzamiento y cuyos RTG se precipitaron en el océano Atlántico sin registrarse la más mínima señal de radiación.

La luz verde dada a la fabricación de más Plutonio-238 llega, paradójicamente, cuando la exploración del Sistema Solar exterior, que sin duda, dejando de lado grandes proyectos de exploración marciana como Curiosity, donde más se necesitaría este tipo de fuente energía al ser la única opción posible, podría tener que quedar temporalmente abandonada por la NASA según se desprende del proyecto de presupuesto para la Agencia presentado por la Casa Blanca y que aún debe ser discutida en el senado. A pesar de ello, y de que las futuras sondas que deberán sacar partido a esta nueva provisión de combustible aún deben ser diseñadas y construidas, sin duda es una noticia positiva, que permitirá afrontar futuros desafíos, tanto en Marte como más allá.


El RTG de Curiosity. Las cápsulas de Iridio que contiene el Plutonio se agrupan en GPHS (General Purpose Heat Source), y varios de ellos conforman el generador de radioisótopo. El calor generado por el decaimiento de este elemento es aprovechado para generar electricidad.

New Horizons, que visitará Plutón en 2015, es la última gran sonda con energía nuclear enviada por la NASA al Sistema Solar exterior. Junto con Curiosity es la última representante de las sondas exploradoras de este tipo.


La utilización de Plutonio-238 y otros elementos radioactivos forma parte de la carrera espacial de la NASA desde sus incios, tanto como fuente de energia como de calor.

Estados Unidos vuelve a producir plutonio para sondas espaciales

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