sábado, mayo 12, 2018

Un explorador de altura

Un pequeño helicóptero acompañará al nuevo rover marciano de la NASA.

Nació como una de esas ideas que parecía destinada a perderse en la carpeta donde otras tantas, igualmente extrañas y revolucionarias, terminan archivadas, desplazadas por políticas más conservadoras y seguras. Pero poco a poco fue tomando cuerpo, y hoy, varios años después, se acaba de convertir en una inesperada realidad. El por ahora conocido como Mars 2020, básicamente, aunque con diferencias en sus instrumentos, un hermano gemelo de Curiosity, no estará solo en su travesía por tierras marcianas. A su alrededor se moverá un pequeño compañero, que al menos durante los primeros meses de meses de misión. La "loca" idea de un pequeño helicóptero volando alrededor del rover y tomando imágenes desde varios metros por encima de la superficie es ya una emocionante realidad.

Conocido oficialmente como "Mars Helicopter Technology Demonstrator" (veremos si en el futuro recibe un nombre más interesante), estamos ante una demostración tecnológica, una prueba directa que este tipo de vehículos aéreos serían capaces de desplazarse incluso en una atmósfera tan tenue, y por tanto, una vez comprobado que no representará problema alguna para el propio rover, se trata de una apuesta con muy poco a perder en caso de fallar, pero si con mucho que ganar en caso contrario. Un fracaso no afectaría a la misión en sí, pero un éxito abriría las puertas a un nuevo tipo de exploración planetaria.

Por todo ello se tratará de un vehículo muy pequeño y de poca masa, apenas 1.8 Kilogramos en la Tierra, y que en Marte pesará menos de la mitad. Un tamaño reducido que es necesario tanto para no comprometer el propio rover y su lanzamiento como para que sea capaz de volar en un aire tan enrarecido. A eso se le sumarán unas aspas que girarán 10 veces más rápido de lo que lo suele hacer un helicóptero terrestre. Todo ello debería permitirle hacer vuelos cortos, cada uno de ellos intentando llegar algo más lejos que el anterior, aunque de no más de 90 segundos de duración. Una vez se desprenda de la "panza" del rover (opción esta preferida a un despegue desde su parte superior para evitar riesgos) se espera lograr al menos 5 vuelos efectivos, recargándo sus baterías con sus paneles solares y soportando el tremendo frío nocturno con un mecanismo de calefacción.

De cara a la opinión pública, sin duda lo más notable serán las fotografías que la cámara con la que estará dotado sera capaz de enviarnos, especialmente aquellas donde el propio rover esté presente. Sin olvidar que la idea misma de un vehículo aereo en otro mundo es lo suficientemente emocionante para atraer la atención de forma masiva, incluso teniendo en cuenta lo limitada de la propuesta. Y es que cuando llegue el momento, cuando el pequeño helicóptero se desprenda del rover y haga su primer vuelo, muchos estaremos pegados a la plantalla para seguir ese histórico momento.

Una visión algo idealizada del futuro helicóptero marciano, pero que ofrece una idea de lo que podría representar de cara a la futura exploración del planeta rojo.

La idea de vehículos aereos moviéndose por otros mundos se está abriendo paso. La DragonFly es una propuesta para Titán que actualmente es una de las dos finalistas para ser la próxima misión de clase New Fronti.

Mars Helicopter to Fly on NASA’s Next Red Planet Rover Mission

viernes, mayo 11, 2018

Una habitación con vistas

La Vía Láctea en mayor de lo que se pensaba hasta ahora.

Explorar otros galaxias es, hasta cierto punto, sencillo con las tecnologías actuales de observación. Pero conocer la nuestra, aquella que habitamos, es todo un desafío que aún no hemos superado por completo, ya qu estar en su interior es un muro más que una ayuda. Haciendo una equivalencia, sería como vivir permanentemente encerrados en una habitación de un edificio que no conocemos. Podríamos mirar por la ventana y observar claramente a las edificaciones en la distancia, ver su forma, color y estructura, pero al mismo tiempo seríamos incapaces de hacer lo mismo con la que nos acoge.

Salvando las distancias, algo parecido representa el estudio de la Vía Láctea, de la que sabemos menos que nuestra vecina Andrómeda. Por ello no resulta extraño que cada cierto tiempo debamos replantearnos lo que sabemos o creemos saber de ella. Ni tan solo la forma esta clara, todo indica que es una espiral, pero hay detalles que se nos escapan. Y lo mismo vale para su masa y tamaño, igualmente fluctuantes según vamos dando pasos en su exploración. No es sencillo estudiar el edificio entero sin movernos de nuestra habitación.

El último ejemplo de ello nos llega de la mano de un equipo de astrónomos liderado por Martín López-Corredoira, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), y cuyo trabajo revela que la Vía Láctea es mayor de lo imaginado, y que extiende bastante más allá de lo establecido hasta ahora:"El disco de nuestra galaxia es enorme, de unos 200 mil años-luz de diámetro". Hasta ahora las cifras estimadas se movían entre los 100 y los 180.000, y con la idea que de el Sistema Solar se encontraba, más o menos, a medio camino entre el centro y la frontera exterior. Pero se han encontrado a más del triple de esa distancia. Incluso es probable que algunas se encuentren incluso más lejos. Nuestra ciudad estelar es una enorme megalópolis.

Esta fue su conclusión tras realizar un análisis estadístico de datos cartografiados obtenidos con dos proyectos (APOGEE y LAMOST) que obtienen espectros de estrellas, y con ellos, información sobre su velocidad y composición química."Usando el contenido en metales de las estrellas de los catálogos, con la combinación de atlas espectrales de alta calidad como, y la distancia a la que sitúan los objetos, hemos comprobado que hay una fracción apreciable de estrellas más allá de donde se suponía que acaba el disco de la Vía Láctea", explica Carlos Allende, investigador del IAC y coautor de esa publicación. Francisco Garzón, investigador del IAC y otro de los autores del artículo, aclara el proceso: "No hemos hecho uso de modelos, que a veces solo dan las respuestas para las que se han diseñado. Solo estadística sobre un gran número de objetos. Los resultados están, pues, libres de suposiciones apriorísticas, más allá de unas pocas firmemente establecidas".

La Vía Láctea, nuestra galaxia, nuestro hogar en medio de la oscuridad del Universo, y un lugar que pese a todo aún estamos lejos de comprender en toda su inmensidad. Encerrados en nuestra pequeña habitación, no podemos hacer otra cosa que ir avanzando lentamente, paso a paso, mientras intentamos visualizar algo que al mismo tiempo es visible e invisible a nuestros ojos.
 
Situación del Sol en el disco de la Vía Láctea (punto amarillo) y la ahora expandida frontera galáctica: Nuestro análisis revela la presencia de estrellas del disco en un radio superior a 26 kpc (con un 99,7 % de probabilidad) y más de 31 kpc (con 95,4 % de probabilidad)", señalan los autores en su estudio. Un kiloparsec (kpc) son unos 3.262 años luz. 

El disco de la Vía Láctea es mayor de lo que se pensaba

jueves, mayo 10, 2018

El mundo exiliado

Descubierto un asteroide expulsado a la periferia del Sistema Solar.

La juventud de nuestro sistema planetario fue caótica, donde la creación y la destrucción se sucedía sin solución de continuidad, y donde los planetas, lejos de nacer en sus órbitas actuales de desplazaron hasta alcanzar una deseable estabilidad. Especialmente en el caso de los gigantes gaseosos (Júpiter y Saturno) y de hielo (Urano y Neptuno), cuyas migraciones llevaron al caos a todo el naciente sistema planetario, literalmente arrasando con todo lo que se cruzaba en su camino. Este es, al menos, el escenario presentado por los más reciente modelos de como nació el Sistema Solar.

Algunos de ellos van más allá, y proponen que el mismo caos gravitatorio generado por estos movimientos llevó al "exilio" a no pocos asteroides, lanzados hasta la lejana Cinturón de Kuiper. Allí, rodeado de gélidos cuerpos de hielo de agua, se esconden pequeños mundos rocosos que un día fueron expulsados de su reino originar y enviados a la oscuridad. Una hipótesis que ahora parece dar un giro hacia una realidad contrastable, ya que un reciente artículo científico ha presentado pruebas de la detección del primer asteroide carbonáceo observado en el cinturón de Kuiper, proporcionando datos que apoyan estos modelos teóricos que hablan de unos inicios tempestuosos en nuestro Sistema.

Se le conoce como 2004 EW95, y desde su descubrimiento se sabía que había algo anómalo con el, ya que su espectro de reflectancia mostraba que era diferente a otros pequeños pobladores de Kuiper. Por ello un pequeño equipo de astrónomos, dirigido por Tom Seccull, de la Universidad de la Reina de Belfast (Reino Unido), utilizaron los espectrógrafos X-Shooter y FORS2, instalados en el VLT, cuya extraodinaria sensibilidad permitió al equipo obtener medidas más detalladas de los patrones de luz reflejada, y así deducir su composición, rico en carbono, y que lo liga directamente con los asteorides carbonaceos que abundan en el Sistema Solar interior.

"Dada la ubicación actual de 2004 EW95, en la helada periferia, se deduce que ha sido expulsado hacia su órbita actual por un planeta migratorio en los primeros días del Sistema Solar", explica Seccull."Si bien ha habido informes anteriores de otros espectros 'atípicos' de objetos del cinturón de Kuiper, ninguno se había confirmado hasta ahora con este nivel de calidad", comenta Olivier Hainaut, astrónomo de ESO."El descubrimiento de un asteroide carbonáceo en Kuiper es una verificación clave para una de las predicciones fundamentales de los modelos dinámicos del Sistema Solar temprano".

No fue un logro sencillo, ya que pese a tener unos 300 kilómetros de diámetro, se encuentra a 4.000 millones de kilómetros de la Tierra, por lo que obtener datos de su oscura superficie, rica en carbono, era todo un desafío."Es como observar una montaña gigante de carbón contra la oscuridad del cielo nocturno", afirma el coautor Thomas Puzia, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Lo que da más valor a lo ahora logrado, abriendo las puertas a un pequeño y oscuro mundo que un día tuvo la mala fortuna de verse atrapado por el abrazo gravitatorio de un planeta en plena migración y exiliado a la oscuridad. Y si hay uno, seguro que existen otros esperando que también a ellos los saquemos a la luz. La misma de la que un día, hace miles de millones de años, fueron privados.

2004 EW95, un mundo perdido en la oscuridad.


El baile de los exiliados.

Descubierto un asteroide exiliado en la periferia del Sistema Solar

miércoles, mayo 09, 2018

Un carenado al atardecer

Recuperando la cubierta protectora después de un lanzamiento.

Space X nos tiene acostumbrados a lo inesperado, y especialmente a su capacidad de convertir sus proyectos en realidad. Ya nos sorprendió con el simple hecho de que una empresa privada quisiera dotarse de sus propios cohetes lanzaderas, lo hizo de nuevo cuando prometió y logró que fueran capaces de regresar a tierra y aterrizar de forma controlada, y más recientemente vimos su modelo más pesado, que supera ampliamente las capacidades de cualquier otro actualmente en servicio activo, algo que no deja de ser extraordinario cuando más uno piensa en ella. Y ahora lo hace de nuevo, con algo quizás no tan espectacular, pero de una importancia nada desdeñable.

Todos sabemos que la columna central de los proyectos de Space X es lograr reducir al máximo los costos de un lanzamiento, hacer el alcanzar el espacio, en definitiva, algo más accesible. Y para ello la clave es la reutilización, de que un cohete lanzadera pueda ser utilizado en numerosas ocasiones, en lugar de ser el "usar y tirar" habitual. O al menos la mayor parte de sus elementos. Y eso puede abarcar incluso algo tan aparentemente secundario como el carenado, la "cápsula" que protege a la carga durante los primeros minutos del vuelo, cuando aún esta cruzando la atmósfera a velocidades supersónicas. ¿Vale el esfuerzo intentar recuperarla? Cada uno cuesta unos 6 millones de dólares, así que la respuesta es evidente.

Fue en el lanzamiento del satélite PAZ, a finales de Febrero, cuando se hizo la primera prueba de lo que no deja de ser una maniobra complicada, ya que las dos secciones que lo conforman se precipitaron de regreso a tierra a velocidades supersónicas, por lo que debían estar equipadas de su propios propulsores y un sistema de guía que las llevara hasta el punto de recogida, en este caso un barco especialmente preparado para ello un barco conocido como Mr. Steven. La parte final del viaje se debía realizar con paracaídas especialmente diseñados para sostener una carga de tal tamaño y forma. Fue un éxito parcial, pero demostró que la cosa iba en serio.


Con el lanzamiento del telescopio TESS se puso de nuevo a prueba dicha tecnología, aunque esta vez sin intentar un aterrizaje en el Steven, ya que el lanzamiento se produjo en la costa Este, desde Cabo Cañaveral, y no desde la base de Vandenberg en California, en la costa Oeste, donde tiene su base dicho barco, pero todo lo demás aparentemente funcionó tal como estaba previsto, y nos ofreció la  imagen de una de las mitades del carenado descendiendo sobre las aguas, iluminado por las luces del atardecer. 

Realmente hermosa, y todo un símbolo del espíritu que está impulsando a Space X a ir siempre un paso más allá.

Un Carenado al atardecer.

Durante el lanzamiento del satélite PAZ, se hizo el primer intento de recuperación, con el barco Steven desplegado para intentar cazarlos al vuelo. Esto último no fue posible, pero si que al menos una de ella amerizó suavemente en el Atlántico.

See a SpaceX Rocket Fairing Glide Back to Earth in This Awesome Photo

martes, mayo 08, 2018

El gran viaje de las Marco Polo

Los primeros CubeSats interplanetarios establecen contacto con la Tierra, están en buena forma y ya en camino a Marte.

Todo lo relacionado con la exploración espacial está rodeado con un aura de seriedad, de algo que por encima de cualquier otra cosa exige una profesionalidad absoluta y donde no hay espacio para gestos informales, para detalles que estén fuera de lo exige estrictamente la misión en curso. Una sensación en general acertada, pero ni mucho menos absoluta. Al fin y al cabo son personas, por profesionales que sean, los que están detrás de cada una de ellas, no robots, y en no pocas ocasiones quieren dar un toque "humano" a sus esfuerzos, sea en forma de placa (como las Pioneer), de discos con datos (como es el caso de las Voyager) o de todo tipos objetos, incluidos en muchas sondas. Aunque, eso si, solo si no representan un extra de masa problemática para ellas.

Objetos, pero en ocasiones cosas más "etéreas", pequeños mensajes que al mismo tiempo tienen una función práctica y una carga simbólica, hasta con un toque humorístico si se quiere ver de esa forma. Y eso es precisamente lo que tuvimos con los CubeSats (o quizás deberíamos llamarlas minisondas) que acompañaron a InSight en su lanzamiento y que actualmente se encuentran ya en ruta al planeta rojo, siguiendo a la sonda mayor en su viaje. MarCO-A y B estaban programadas para desplegar sus paneles solares, cargar baterías, estabilizar su giro y apuntar sus antenas hacia la Tierra tras el lanzamiento y posteriormente comunicarse y hacer saber que estaban en buenas condiciones y plenamente operativos. Si lo estaban, pues el estres de un lanzamiento interplanetario era algo al que ningún CubeSat se había enfrentando hasta ahora.

Finalmente, horas después, la señal convenida, la palabra que indicaba que ambos habían sobrevivido era recibida en las antenas terrestres. Una sola palabra:"Polo". Teniendo en cuenta que el nombre de ambas es Marco, el porqué de la elección es evidente. Y es que también hay espacio para la creatividad en este campo, la de gente que, más allá de lo profesional de su trabajo, no renuncian a darle a todo eso un toque simpático.

Se dedicarán un par de semanas a evaluar cómo están funcionando los MarCO. Si sobreviven a la radiación del espacio y funcionan según lo planeado, sobrevolarán el Planeta Rojo durante la entrada, el descenso y el aterrizaje de InSight en noviembre. Cada uno de ellos será capaz de captar y retransmitir sus signos vitales durante los famosos "Siete minutos de terror", la fase que abarca desde la entrada atmosférica hasta el aterrizaje. No es esta, sin embargo, su misión principal, ya que las comunicaciones estarán cubiertas por la Mars Reconnaissance Orbiter y diversos observatorios terrestres. Su objetivo, igual de transcendental, es demostrar que este tipo de vehículos diminutos son capaces de sobrevivir a este largo viaje.

En 7 meses sabremos si las Marco (Polo) superaron la prueba y alcanzaron las costas de otro mundo. Las exploradoras más pequeños jamás enviadas hacia el espacio interplanetaria podrían ser solo el principio de una nueva era, en las minisondas, pequeñas y baratas, y por ello capaces de ser construidas en grandes cantidades, tanto por agencias espaciales como por instituciones privadas, podrían reclamar un lugar entre las estrellas.
 
Las minisondas Marco, abriendo el camino a la exploración del Sistema Solar por parte de estos pequeños y baratos vehículos. 

NASA's First Deep-Space CubeSats Say: ‘Polo!’

domingo, mayo 06, 2018

Post Vintage (269): Mundos en el amanecer de los tiempos

Descubierto el sistema planetario más antiguo conocido hasta la fecha.

Cuando La Tierra era aún joven, con las primeras formas de vida intentando abrirse paso en un ambiente no siempre hospitalario, ellos ya eran antiguos, y cuando nuestro planeta ni tan solo se había formado aún y el Sol aún era una masa de gas en colapso,  ya habían cruzado el ecuador de su existencia. Y cuando nacieron el mismo Universo era joven y nuestra galaxia apenas un esbozo de lo que terminaría siendo. Una inmensidad en el tiempo que apenas podemos captar en toda su magnitud.

Conocida como Kepler-444, esta estrella es más pequeña (-25%) y ligeramente más fría que el Sol (5000 K en la superficie, por los 5800 K solares), por lo que su periodo vital es mayor que el de nuestra estrella. Se estima que brilla desde hace 11.200 Millones de años, bastante más que los 10.000 que vivirá la nuestra. Y es precisamente el que sea tan antigua lo que convierte el descubrimiento de los 5 mundos rocosos que la acompañan, develados gracias a los datos del telescopio espacial Kepler, en algo extraordinario, ya que significa que estos se formaron en épocas muy tempranas del Universo, miles de millones de años antes de que La Tierra y a escala cosmológica poco después del nacimiento de propio Universo, que según las estimaciones actuales se sitúa en un punto hace 13.800 Millones de años, en un momento en que la cantidad de metales disponibles (nombre que reciben los elementos más pesados que el Hidrógeno y el Helio) era mucho menor que el actual.

Aunque ninguno de ellos es habitable, ya que los 5 se sitúan muy cerca de la estrella (el más alejado apenas 1/5 parte de la distancia entre el Sol y Mercurio) su existencia abre los horizontes de los exoplanetas hasta casi el origen de los tiempos: "El hecho de que los planetas rocosos ya se estaban formando en la galaxia hace 11 mil millones de años sugiere que los planetas habitables como la Tierra probablemente han existido desde hace mucho tiempo, mucho más tiempo que la edad de nuestro Sistema Solar", explica el Dr. Travis Metcalfe, Instituto Científico Superior de Investigación de Ciencias Espaciales, quien fue parte del equipo que utilizó el método único de la asterosismología para determinar la edad de la estrella.

Conocida también como sismología estelar, se trata básicamente de observar el desplazamiento de las ondas sonoras a través de su superficie, que causan oscilaciones que Kepler capta como un rápido parpadeo del brillo de la estrella. ¿Cómo puede ayudar esto a determinar la edad de una estrella? "Como una estrella envejece, se convierte el hidrógeno en helio en el núcleo", explica Metcalfe."Esto cambia con el tiempo la densidad media de la estrella, y la asterosismología proporciona una medida muy precisa de la densidad media", con lo que se puede calcular su edad con una incertidumbre, según este equipo, de sólo el 9%, en comparación con la del 30 al 50% de otros métodos, como los basados en la rotación (girocronología) u otras propiedades de la estrella

"Cuando este método surgió hace cerca de dos décadas, sólo podíamos usarlo en el Sol y unas cuantas estrellas brillantes, pero gracias a Kepler, ahora podemos aplicar la técnica a miles de ellas", explica el co-autor Daniel Huber, de la Universidad de Sydney en Australia. "Asterosismología nos permite medir con precisión el radio de Kepler-444 y por lo tanto los tamaños de sus planetas", agregó."Para el planeta más pequeño del sistema, que es ligeramente más grande que Mercurio, medimos su tamaño con una incertidumbre de sólo 100 kilómetros".

Mundos nacidos en el amanecer de los tiempos, ya antiguos cuando nuestro mundo era joven y en formación, su existencia abre las puertas a posibilidades fantásticas, ya que implica que la vida pudo nacer y evolucionar miles de millones de años antes que el menor signo de ella hiciera acto de presencia en La Tierra.¿Podemos soñar con incluso civilizaciones casi tan antiguas como el propio Universo? Seres tan alejados de nosotros, como nosotros podemos estarlo de las formas de vida más simples? Eso ya forma parte de la pura especulación, aunque no deja de ser una posibilidad tan fascinante como aterradora. Lo único que sabemos es que en el mismo amanecer de los tiempos ya existieron planetas rocosos como La Tierra, mundos llegados hasta nuestros días desde la misma eternidad.

Comparativa entre el sistema planetario de Kepler-444 con el Sistema Solar y algunos de los descubierto en otras estrellas.

Las curvas de luz detectadas por el Hubble en Kepler-444, causado por el paso de los 5 planetas por delante de ella desde el punto de vista terrestre, lo que se conoce como tránsito.

Las oscilaciones en el espectro de la estrella, que revela la presencia de ondas de sonido en su superficie. El método llamado asterosismología las estudia para determinar muchos de sus parámetros, entre ellos la edad.

Kepler-444 visto desde un observatorio terrestres, mediante la óptica adaptativa, que permite anular los efectos de distorsión causado por la atmósfera terrestre.

Mundo antiguos, nacidos cuando el Universo era joven, miles de millones de años antes que la propia Tierra. Si existió vida tan pronto y esta evolucionó hacia la formación de civilizaciones cuando nuestro planeta y el Sistema Solar ni tan solo habían iniciado su formación, hasta donde podrían haber llegado? Desparecieron hace eones o siguen existiendo hoy día, en algún lugar, tan avanzadas que apenas podemos imaginar? 

Oldest Planetary System Discovered, Improving the Chances for Intelligent Life Everywhere 

Found! 5 Ancient Alien Planets Nearly As Old As the Universe

 Freakishly Old System Of Planets Hint At Ancient Alien Civilizations

sábado, mayo 05, 2018

Por fin, InSight

Lanzada con éxito la nueva misión de la NASA a Marte.

Hace dos años después de que viera su camino súbitamente interrumpido poco antes de despegar. El fallo de uno de sus instrumentos claves durante las pruebas finales que obligó a tomar una decisión drástica y aplazar el lanzamiento, afrontando incluso el peligro de una cancelación definitiva, finalmente su equipo humano, incluido todos los equipos internacionales (España, Alemania y Francia) que trabajaron en sus diversos instrumentos, pudieron respirar aliviados. La InSight, acompañada por los dos cubesats MArcO, los primeros que intentan saltar a otro mundo, se encuentra ya en camino.

A las 11:05 GMT de este 5 de Mayo de 2018 despegaba, desde la la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg, California, despegaba la nueva misión marciana de la NASA a bordo de un Atlas V. 13 minutos y 16 segundos después alcanzaba la órbita terrestre, y 61 minutos más tarde, un segundo encendido de la etapa superior Centauro enviaba a InSight hacia su destino. 9 minutos más tarde la InSight se separaba de ella, iniciando, junto con sus dos acompañantes, el viaje de 6 meses hasta Marte, además de contactar por primera vez con la Red de Espacio Profundo. Dos años de frustración y temores por el futuro se disiparon con el resplandor en la niebla.

Durante la fase de crucero, los ingenieros verificarán los subsistemas e instrumentos científicos, asegurándose de que sus paneles solares y su antena estén orientados adecuadamente, rastreando su trayectoria y realizando maniobras para mantener el rumbo. Todo para dejarla lista para su aterrizaje, previsto para el 26 de Noviembre de este año. Su objetivo, el estudio del interior del planeta, midiendo tanto su actividad sísmica como el flujo de calor que llega desde su interior."Los científicos han estado soñando con hacer sismología en Marte durante años. En mi caso, tuve ese sueño hace 40 años como estudiante graduado, y ahora ese sueño compartido se elevó a través de las nubes y hacia la realidad", explica Bruce Banerdt,investigador principal de la misión InSight.

Por su parte las dos minisondas Marco afrontan ya su misión principal, que es simple y llanamente ser capaces de alcanzar Marte plenamente operativos, algo hasta ahora nunca intentando para este tipo de ingenios espaciales, y que de lograrlo abriría las puertas a su utilización de forma más amplia para explorar el Sistema Solar. Si este es el caso también ofrecerán cobertura de comunicaciones entre InSight y la Tierra durante los minutos críticos del descenso. 

Se inicia así una compleja misión conjunta, una principal, que es la exploración del interior de Marte, y una secundaria con las dos pequeñas Marco, pero que podrían ser transcendente de lograr sus objetivos básicos. Buena suerte en su largo viaje. Nos vemos en Noviembre. Y ojalá con todas ellas.
Una visita poco habitual de un lanzamiento espacial.

La InSight (NSYT), Marco A y Marco B comunicándose con la Red de Espacio Profundo de la NASA.

El inicio de la aventura.

InSight, una misión internacional para explorar el interior de Marte. 

NASA, ULA Launch Mission to Study How Mars Was Made

viernes, mayo 04, 2018

Un pequeño corazón atómico

KRUSTY, el minireactor nuclear para la exploración de otros mundos.

Estamos lejos de haber iniciado nada parecido a una colonización de otros mundos, ni tan solo la etapa previa de instalar bases habitadas en lugres como la Luna y Marte, entre otros lugares. Existen muchos proyectos, muchas buenas intenciones y por encima de todo una falta de determinación para afrontar el esfuerzo necesario. Hoy día incluso podemos decir que nuevas potencias, como China, están más cerca de lograrlo, al menos por mostrar una determinación que a otros los falta. Pero de momento seguimos esperando.

La falta de ese impulso, ahora mismo en un largo periodo de espera pese a las declaraciones grandilocuentes, no impide que muchos sigan trabajando en crear los pilares que algún día, quizás, permitan hacer realidad tales sueños, al cubrir las diversas necesidades que algo así implica. Una de ellas es disponer de una fuente de energía permanente y estable, algo que los paneles solares no siempre pueden ofrecer. La Luna, con sus noches de 14 días terrestre de duración, o Marte, con su atmósfera polvorienta y un Sol más lejano, tiene limitaciones en este aspecto que una instalación habitada quizás no podría permitirse. Una alternativa que me maneja es la energía nuclear. Y en lo que respecta a los EEUU y la NASA, esta tiene un nombre: KRUSTY

Bajo este nombre, acrónimo de "Kilopower Reactor Using Stirling Technology"se esconde un proyecto conjunto de la NASA y la NNSA (National Nuclear Security Administration) para desarrollar minireactores nucleares capaces de ofrecer una fuente de energía estable y abundantes a futuras misiones tripuladas a otros mundos, así como potenciales asentamientos humanos."La energía segura, eficiente y abundante será la clave para la futura exploración robótica y humana", explica Jim Reuter, administrador asociado interino de la NASA en la STMS (Dirección de Misión de Tecnología Espacial)."Espero que el proyecto Kilopower sea una parte esencial de las arquitecturas de energía lunar y de Marte a medida que evolucionen".
 
Hoy esa realidad es más plausible que hace unos meses, porque recientemente se anunció que el equipo encargado de Kilopower realizó una demostración exitosa del reactor en el reciente seguridad nacional de Nevada de la NNSA. Esta consistió de cuatro fases. Las dos primeras, realizadas sin energía, confirmaron que cada componente del sistema se comportaba como se esperaba. Durante la tercera, el equipo aumentó la potencia para calentar el núcleo gradualmente antes de pasar a la fase final. El experimento culminó con una prueba de 28 horas de potencia máxima, que incluyó el arranque del reactor, su aumento hasta alcanzar su tope, el funcionamiento estable y el apagado. A lo largo del experimento, el equipo simuló diversos escenarios, demostrando que podría continuar funcionando y manejase con éxito incluso con múltiples fallas.

"Pusimos el sistema a prueba", dijo David Poston, diseñador jefe de reactores en el Laboratorio Nacional Los Álamos de NNSA."Comprendemos muy bien el reactor, y esta prueba demostró que el sistema funcionaba de la manera que lo diseñamos para funcionar. No importa en qué entorno lo expongamos, el reactor funciona muy bien". El objetivo era demostrar que KRUSTY podía generar energía de fisión y hacerlo forma estable, y según Poston,"lanzamos todo lo que podíamos en este reactor, en términos de escenarios operativos nominales y fuera de lo normal, y KRUSTY pasó el test con gran éxito". Y aunque no deja de ser un prototipo, que no necesariamente debe ser igual que las hipotéticas unidades que se desplegar en el espacio, fue diseñado teniendo en mente dicho escenario. El siguiente paso serán las pruebas de vuelo, aunque la NASA aún tiene que planificarlas.

El tiempo dirá si esto queda en un camino sin salida, o si por el contrario será la base, o una de ellas, que permitirá hacer realidad la exploración y colonización humana de otros mundo.

Los ingenieros de NASA y NNSA bajan la pared de la cámara de vacío alrededor de KRUSTY. La cámara de vacío permite simular las condiciones del espacio mientras el reactor está en funcionamiento.

La sala de control de KRUSTY durante su periodo a máxima potencia. Marc Gibson (GRC / NASA) y David Poston (LANL / NNSA) en primer plano, Geordie McKenzie (LANL / NNSA) y Joetta Goda (LANL / NNSA) en segundo plano.

KRUSTY está dotando de un núcleo de uranio 235, del tamaño un rollo de toalla de papel. Las tuberías de calor pasivas de sodio transfieren el calor generado a los motores Stirling, que la convierten en electricidad. Podrá ofrecer hasta 10 kilovatios de forma estable y durante 10 años.

Krusty nuclear.

Demonstration Proves Nuclear Fission System Can Provide Space Exploration Power

miércoles, mayo 02, 2018

Fantasmas de Ganímedes

Redescubriendola mayor luna del Sistema Solar con los viejos datos de la sonda Galileo.

Es mayor que Mercurio. Tan grande que de encontrarse en órbita solar sería considerado un planeta por derecho propio y sin discusión, y geológicamente tan complejo que incluso tiene un campo magnético propio, algo de lo que carece cualquier otro satélite. Por esta y otras particularidades, como tener también un más que probable océano de agua bajo su helada superficie es el objetivo principal de la futura sonda europea JUICE, con la cual conoceremos de verdad los misterios de esta casi planeta.

Para eso queda más de una década. Hasta entonces debemos conformarnos con estudiar los datos reunidos por antiguas visitantes, como las Voyager, y especialmente de la Galileo, que a diferencia de las primeras permaneció ocho años en el sistema joviano. Su misión terminó en 2003, y podría parecer que ya aprendimos de ella todo lo que era posible aprender. Pero siempre puede quedar algo, datos olvidados o en su momentos descartados que, bajo el prima de lo que sabemos hoy día y aplicando nuevas técnicas de análisis, puedes revelarnos detalles que habían sido pasados por alto. Y ese es el caso del instrumento PLS (Plasma Subsystem), que midió la densidad, temperatura y dirección del plasma (gas cargado eléctricamente) que fluía a través del entorno alrededor de la Galileo.

"Volvimos 20 años después para echar un vistazo a algunos de los datos que nunca se publicaron y terminar esta historia", explica Glyn Collinson, del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland."Descubrimos que hay una pieza completa que nadie conocía". Los nuevos resultados mostraron una escena tormentosa durante su primer sobrevuelo: Partículas impactando contra la superficie helada de la luna y el desplazamiento de enormes flujos de plasma entre Júpiter y Ganímedes debido a un evento magnético explosivo que estaba ocurriendo entre los dos campos magnéticos. Los científicos piensan que estas observaciones podrían ser clave para descubrir algunos secretos de la luna, como por qué sus auroras son tan brillantes.

Provisto de su propio campo magnético (uno de los primeros descubrimientos de Galileo), Ganimedes es capaz de generar auroras, al igual que la Tierra. Sin embargo, a diferencia de nuestro planeta, las partículas que causan las causan provienen del plasma que rodea a Júpiter, no del viento solar. Al analizar los datos, los científicos notaron que durante su primer sobrevuelo cruzó fortuitamente sobre las zonas donde esta se hacía presente, como lo demuestran los iones que observó lloviendo sobre la superficie del casquete polar de la luna. Al comparar dicha ubicación con los datos del Hubble, los científicos pudieron precisar con mayor precisión donde estas auroras se manifiestan, lo que podría ayudar en descifrar el mecanismo que las provocan.

Durante su órbita alrededor de Júpiter, Galileo también cruzó justo a través de un evento explosivo, llamado reconexión magnética, que se produjo por la interacción de las dos magnetosferas. Se cree que estos fenómenos son los responsables de que las auroras de Ganímedes sean inusualmente brillantes.

No son estos las últimas gotas de conocimiento que se espera extraer de estos datos del PLS hasta ahora dejados de lado, ya que se espera que en el futuro se pueda extraer información interesante sobre el posible océano de agua que la propia Galileo, junto con el Hubble, descubrió durante su larga estancia en el sistema joviano. La historia de esta sonda, que pese a sus problemas, como el fallo en el despliegue de su antena principal y que obligó a depender de una secundaria para comunicarse con la Tierra, con la consecuente disminución en la cantidad de información que se pudo enviar, fue todo un triunfo. Uno que aún hoy, años después de su desaparición, no parece haber escrito sus últimas páginas.

El viaje de Galileo a través de la magnetosfera de Ganímedes.

Esta visualización muestra un modelo simplificado de la magnetosfera de Júpiter, diseñado para ilustrar la escala y las características básicas de la estructura y los impactos del eje magnético (flecha cian) desplazado del eje de rotación planetario (flecha azul). La malla gris semitransparente en la distancia representa el límite de la magnetosfera.

Old Data, New Tricks: Fresh Results from NASA’s Galileo Spacecraft 20 Years On

lunes, abril 30, 2018

La huella del Universo

Visualizando la rotación de la Gran Nube de Magallanes.

El Universo, nuestra galaxia, nuestro Sistema Solar, nuestro planeta, nosotros mismos, todo está en movimiento. No es una realidad sencilla de captar, especialmente a escalas cósmicas, donde las inmensas distancias difuminan esa sensación hasta dejarla en nada ante nuestros ojos. De ahí la expresión "firmamento", un eco de una concepción del mundo ya superada. Afortunadamente hoy día disponemos de numerosos medios para medir el desplazamiento de cuerpos lejanos, situados en los limites del Universo observable, y de este mismo en su expansión. Gaia es el más reciente ejemplo.

Lanzada para catalogar las estrellas de la Vía Láctea y ofrecer un mapa que muestra tanto su posición exacta en el espacio como su desplazamiento, su trabajo también abarcó otros objetos celestes, entre ellas la mayor de las galaxias satélites de la nuestra, la Gran Nube de Magallanes, y con los datos reunidos, combinando la densidad total de estrellas detectadas por Gaia en cada pixel con información sobre el movimiento propio de cada una de ellas,se pudo visualizar como esta girando sobre si mismo, como sus estrellas se desplazan alrededor de su propio corazón galáctico. La huella que delata su naturaleza dinámica, nunca mejor dicho dado su parecido un una huella dactilar.

La observación de nuestras galaxias satélites y cúmulos globulares, y determinar sus respectivas órbitas, forma parte intrínseca del estudio de la Vía Láctea, misión centrar de Gaia. Y con ello la dinámica de nuestro entorno, la sensación de vivir en una realidad dinámica y siempre cambiante. Las huellas de todo ello asoman ahora ante nuestros ojos.

El mapa recién publicado por la misión Gaia. En la parte inferior derecha vemos las Nubes de Magallanes, los grandes satélites de la Vía Láctea. 

Rotation of the Large Magellanic Cloud