La Hayabusa 2 ya esta camino de regreso a casa, llevando en su contenedor de muestras una preciada carga que los científicos de la JAXA y de todo el mundo esperan ya con expectación. Pero esta campaña de exploración de asteroides tenía más de una protagonista, y así, mientras la sonda japonesa ya está afrontando la parte final de su aventura, su contrapartida norteamericana se prepara para afrontar la siempre arriesgada y potencialmente peligrosa maniobra de toma de muestras, que implica acercarse lo suficiente a la superficie para ello. Y todo esto sin control alguno desde la Tierra, confiando en que la nave haga adecuadamente el trabajo por si misma.
OSIRIS-Rex lleva meses orbitando al asteroide Bennu, mapeándolo para conocer hasta el último rincón de este minúsculo mundo y así preparar el camino. Existían varios candidatos, cada uno de ellos estudiados en profundidad y en constante evaluación, de los que finalmente surgió el que tiene "mejor nota" y por ello es el elegido, el conocido como Nightingale, ruiseñor en nuestro idioma."Después de evaluar a fondo los cuatro candidatos, tomamos nuestra decisión final en función de qué sitio tiene la mayor cantidad de material de grano fino y qué tan fácilmente la sonda puede acceder a ese material con seguridad", explica Dante Lauretta, investigador principal. "De ellos, Nightingale cumple mejor con estos criterios y, en última instancia, garantiza el éxito de la misión".
Este punto está ubicado en un cráter del norte de 140 metros de ancho. El regolito es oscuro, y las imágenes muestran que el terreno es relativamente liso. Debido a que se encuentra muy al norte, las temperaturas son más bajas que en otras partes del asteroide y el material de la superficie está bien conservado. También se cree que el cráter es relativamente joven, y el regolito a quedado expuesto en tiempos recientes. Esto significa que el sitio probablemente permitiría una muestra prístina, dando al equipo una idea de la historia de Bennu.
No es un lugar falto de peligros, y por ello la OSIRIS-Rex tiene la capacidad no solo de realizar diversos intentos, sino de abortar definitivamente la maniobra y ganar altura si detectara que la situación es demasiado arriesgada para llevarla hasta su conclusión. En este caso regresaría a su órbita inicial y su equipo en tierra prepararía un nuevo intento en Osprey, el lugar de reserva seleccionado para tan circunstancia. Esperemos que no haga falta.
A lo largo de los próximos meses se seguirá estudiando ambos lugares para preparar todas las contingencias posibles, y a mediados de Agosto de 2020 llegará el momento de la verdad. El de Hayabusa 2 terminó con un triunfo absoluto, esperemos que OSIRIS-Rex también lo consiga.
Los cuatro lugares finalistas, de los que Nightingale es el elegido y Osprey el de reserva en caso de necesidad.
NASA’s OSIRIS-REx in the Midst of Site Selection
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