Todo empezó el pasado día 2 de Diciembre, cuando el astrónomo amateur Terry Lovejoy descubrió un pequeño cometa en ruta hacia el Sol, y que pronto fue identificado como perteneciente a los llamados Kreutz sungrazers, una familia de pequeños cuerpos que se cree son los restos de un gran cometa que se fragmentó hace unos 800 años (probablemente el que visitó los cielos terrestres en 1106) y aún hoy siguen precipitándose contra el fuego solar al ritmo de uno cada pocos días.
Aunque algo mayor de lo habitual para un sungrazer (su núcleo medía unos 200 metros) no parecía que Terry Lovejoy pudiera disfrutar durante mucho tiempo de tener un cometa con su nombre, pues la trayectoria que seguía le llevaría a pasar a solo 120.000 Kilómetros de la Fotosfera, cruzando, durante casi una hora, por el interior de la ardiente Corona Solar. Era imposible que sobreviviera a algo semejante y los distintos observatorios que mantienen bajo vigilancia a nuestra estrella se prepararon para captar el estallido de luz resultante, fruto de los restos de Lovejoy, polvo y vapor de agua, que durante unos minutos reflejarían la luz solar.
Sin embargo el Universo es un lugar lleno de cosas inesperadas. Lovejoy estaba dispuesto a demostrarlo: Tras desaparecer momentáneamente tras el Sol, dejando atrás su cola, arrancada sin contemplaciones por la tormenta de calor y radiación en la que sumergió, reapareció para sorpresa de todos los astrónomos. y no solo eso, ya que poco después generó una nueva cola mientras se alejaba, lo que demostraba que había aguantado lo suficiente para mantener su integridad.
Karl Battams, del Naval Research Laboratory, encargado de la Sun-grazing comets webpage, y que, como tantos otros, había anunciado la destrucción segura de Lovejoy, resume de forma perfecta el sentimiento de la comunidad astronómica mundial: "No se por donde empezar,¡Qué extraordinarias 24 horas! Supongo que la primera cosa que debo decir es esto: estaba equivocado. equivocado, equivocado, equivocado..Y nunca he sido tan feliz de estar equivocado!".
¿Porque Lovejoy, que prácticamente toco el Sol, sobrevivió, mientras que otros no lo hacen? Posiblemente estamos ante la demostración de que no todos los cometas son iguales, y que varían notablemente de composición, cohesión y forma en que manifiestan su actividad al aproximarse al calor solar, pero ciertamente la tremenda sorpresa que representó para los astrónomos demuestra que aún estamos lejos de saberlo todo sobre este tipo de cuerpos celestes.
No sabemos hasta que punto el núcleo del cometa sigue intacto, o si permanecerá cohesionado durante mucho tiempo después de experimentar el terrible calor del perihelio, pero de momento el viajero que sobrevivió a lo imposible sigue su camino.
El pequeño cometa captado por el STEREO-B el 11 de Diciembre.
Las que parecían las últimas horas de Lovejoy, mientras se sumergía en la Corona Solar...
Feisty Comet Lovejoy Survives Close Encounter with the Sun
El cometa que sobrevivió
2 comentarios:
¿Por qué el cometa no fue atraido por el sol así como ocurre con los meteoritos cuando son atraidos por el campo gravitacional de la tierra?
De hecho si que es atraído por la gravedad solar, pero precisamente por ello se mueve a tal velocidad que no llega a caer sobre el, sino que lo deja atrás rápidamente, ya que su trayectoria no lo llevaba a un encuentro directo con el Sol, sino que pasaba a cierta distancia.
Con las rocas espaciales, los meteoritos, ocurre algo parecido...a no ser que lleven una ruta de impacto directo o pasen tan cerca que la fricción atmosférica que los frene y les precipite hacia ella, ocurre lo contrario: Ganan velocidad a causa de la gravedad terrestre y acaban proyectados hacia el exterior, como si nuestro planeta fuera una especie de honda planetaria.
Has de tener siempre en cuenta que nada en el sistema solar, ni tan solo las más pequeñas rocas, se limitan a flotar en el espacio, sino que siguen sus propias órbitas alrededor del Sol.
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